Según el último informe de Eurostat, en España trabajamos una media de 39,6 horas a la semana frente a las 37,3 de la Unión Europea. Esto supone que nos pasamos una semana más en la oficina que nuestros compañeros europeos, un dato bastante curioso, que seguro que dará bastante que hablar a aquellos que están peleando en la actualidad por la jornada laboral de 35 horas semanales.
Lo curioso es que siendo los más trabajadores de la Unión Europea (sólo por detrás de Grecia, cuya media semanal es de 42,4 horas), tengamos una productividad tan baja. Probablemente estemos utilizando mal la palabra "trabajar", y deberíamos decir "estar en el puesto de trabajo". Está claro que el tiempo que le dedica cada persona a trabajar dista mucho de ser una simple resta de la hora de salida de la oficina por la noche y la de la entrada por la mañana, y probáblemente sea esto lo que está midiendo el informe.
Con esto no quiero decir que se debe trabajar menos horas, sino que debería trabajarse más por objetivos bien fijados que por horario, que al final no hace más que confundir entre dos conceptos básico: la presencia y la producción.
Vía | El Mundo