Todas las grandes compañías están abriéndose camino en el que es, sin lugar a dudas, nuevo mercado más interesante del mundo: China. El problema es que para vender productos y servicios, hemos de conocer la cultura del lugar, y eso es algo en lo que aún muchos están fallando. Abrir una tienda en Shangai no es simplemente replicar la de la Quinta Avenida de Nueva Cork, porque los chinos no se parecen demasiado a los americanos.
Si vas a vender pizza en China, mejor no pongas pepperoni como uno de los ingredientes principales, porque allí los alimentos se dividen en aquellos que te calientan y aquellos que te refrescan, y toda comida debe estar correctamente equilibrada. Ellos prefieren la piña, que equilibra lo caliente de la pizza (algunos aquí también, pero yo siempre los he considerado un poco raros ;-)).
Ni se te ocurra vender productos de lujo para el hogar. El Chino medio ahorra al máximo en todo lo que tiene que ver con la vida que transcurre tras las puertas de su casa, pero sí se gastará un dineral en su móvil, ya que es algo que se enseña a la gente. Allí, el más ligón de la clase no es el capitán del equipo de rugby, sino el más listo y que saca las mejores notas, así que los gimnasios tampoco serán una buena opción para invertir allí. Pero eso sólo cuanta para los hombres, porque las mujeres sí invertirán mucho en su belleza, ya que esto les abre muchas puertas en el mundo laboral.
Y así muchas más características curiosas, como la tremenda penetración de los anillos de compromiso y la aversión a los conservantes en la alimentación, caracterizan a esta cultura, que es ya la sexta economía más grande del mundo.
Vía | Fast Company Now En El Blog Salmón | El PIB de China se vuelve más grande de repente, Ferrero Rocher falsificado en China y China y las luces de navidad