Si eres cliente del Banco Santander y tienes con dicha entidad contratada una hipoteca, una nómina, una pensión o un plan de pensiones, estás de enhorabuena, pues dejarás de pagar un conjunto siempre incómodo de comisiones, con el fin de conseguir ser la entidad financiera con los clientes más satisfechos.
Entre las comisiones que se dejarán de pagar están la de mantenimiento de cuentas, emisión o renovación de tarjetas, administración de cuentas, ingreso o emisión de cheques, consulta de saldos o retirada de efectivo en los cajeros del grupo.
Esta noticia me alegra por el hecho de que es una de las pocas veces en las que una compañía con beneficios netos multimillonarios se plantea hacer algo, pensando realmente en el cliente. Y como medida es inteligente, en tanto en cuanto, materializa ese concepto muchas veces abstracto que es la “satisfacción”, y que muchos ligan a niveles de servicio o gestores simpáticos en una sucursal, manejando una satisfacción tan real y concreta como la que siempre produce el hecho de pagar menos. Evidentemente, tras un objetivo de cara a la galería (véase clientes) de incremento de satisfacción, existe un claro objetivo de negocio de retención o fidelización de clientes. Según fuentes del banco, la entidad pretende recuperar los 82,5 millones de euros que dejará de ingresar, mediante los nuevos clientes que acudan a la entidad motivados por esta medida y por un incremento en el número de productos contratados por cada cliente actual. Pero bueno, sea cual sea el "objetivo subterráneo" que tenga la entidad, la realidad es que 2.230.000 clientes particulares pagarán menos, y eso, ya es motivo de celebración.
¿Se animarán otras entidades a hacer lo mismo?
Vía | El Mundo