Dado que últimamente los datos de desempleo no son muy buenos, tal vez no sea mala idea pensar en como nos podemos diferenciar a la hora de buscar empleo. Si hemos hablado hace poco sobre un currículum vitae diferencial, hoy hablaremos sobre los Videocurriculums. Un videocurriculum es un video en el que una persona expresa sus méritos para ser contratada. Si en un currículum vitae tradicional el candidato expresa escribe sus méritos en una hoja de papel, en el videocurriculum se dedica a expresar sus méritos hablando.
¿Merecen la pena los videocurrículums? David Monreal opina que tienen utilidad, aunque como segunda fase en la selección de candidatos. Como primera fase es una pérdida de tiempo para el seleccionador.
Desde el punto de vista mío (que soy seleccionado, no seleccionador) creo que tienen varias pegas. La primera es que son más costosos, un currículum tradicional se hace con el ordenador, mientras que un video currículum requiere más tiempo, además no se trata de un video de la primera comunión de nuestra sobrina, hay que hacerlo bien, editarlo bien y conseguir que tenga una calidad de sonido decente (qué no es fácil). Otra desventaja es que aunque un currículo normal puede modificarse en cinco minutos para añadir el nuevo trabajo o estudio que hemos realizado, la versión multimedia tiene el defecto que para cada nueva modificación hay que hacerlo de nuevo. Con la consecuente pérdida de tiempo que eso requiere.
También tienen la ventaja de que permiten lucir ciertas habilidades. Si hablamos bien el inglés, si sabemos hablar bien, si no nos quedamos en blanco, tiene cierta utilidad. Pero si tartamudeamos, nuestro dominio del inglés se reduce a yes, very well, fandango o mostramos muy poca ilusión por las cosas, creo que mejor olvidarse del tema.
Vía | El Economista