Estos días que ha comenzado la liga de fútbol en España y por lo menos dos presidentes de los clubes han expresado su disconformidad con el funcioinamiento de la liga y con la clara diferencia deportiva entre los clubes que terminaron la liga pasada en los dos primeros puestos, repartiéndose los títulos, y que amenazan con hacer lo mismo este año. Especialmente, están muy molestos con el sistema de reparto de la tarta de ingresos televisivos, uno diciendo que si le diéramos €150 millones de euros cada año durante cinco años, el también crearía un equipo casi imbatible.
Se entiende esta molestia de los equipos menos mediáticos ya que, cuando ven que los dos equipos más grandes se reparten el 41% de la tarta televisiva, deja muy poco para el resto. Este año tarta televisiva suma 657,5 millones de euros, y 270 millones de euros se destinará a los dos grandes, o 135 millones de euros cada uno. Los dos grandes se llevan tanto más que otros para hacerse aún más grandes.
El segundo grupo de equipos, también se beneficia en comparación con el resto, aunque mucho menos que los dos grandes, con el Valencia llevándose 48 millones de euros y el Atlético de Madrid 46 millones de euros, y 31 millones de euros, 29 millones de euros y 28 millones de euros para el Sevilla, el Betis y el Villareal, respectivamente. No contando estos 7 equipos, queda sólo 205 millones de euros para el resto.
Como negocio, el fútbol es un sector muy distinto a los normales. Llámalo monopolio o llámalo cartel pero está muy controlado, conciertan entre ellos para llevar el negocio y se benefician de dispensaciones legales para que no sufran las reglas normales del mercado libre. En este contexto, no se puede proclamar en favor de las reglas del mercado privado cuando conviene, es decir, cuando hay dinero en juego, y luego beneficiarse de las protecciones legales cuando se actúa en contra de las leyes del libre mercado.
En el lado económico, abogo por separar los tipos de ingresos que genera este deporte en dos distintos tipos, los generados en general y los generados en particular por cada equipo. En el primer caso incluyo los ingresos provenientes de fuentes audiovisuales y, entre los segundos, incluyo ingresos específicos a cada club, como son los ingresos provenientes de los socios, las entradas y los patrocinios del club de todo tipo.
En este contexto, de los 20 equipos de la primera división española, cada equipo recibiría una parte igual de los ingresos televisivos, es decir, casi 33 millones de euros. el resto de los ingresos directos se quedarían como ahora, es decir, los recibe el equipo que los negocia. Utilizando el ejemplo de los ingresos del Real Madrid, suponiendo que este año sus otros ingresos fueran iguales que el año pasado, además de los 33 millones de euros que recibiría como su parte de los ingresos televisivos, ingresaría los 129,1 millones de euros de entradas y 150,7 millones de euros de patrocinios varios, con unos ingresos totales de 312,8 millones de euros.
En Inglaterra hacen algo similar a esto, donde los acuerdos televisivos lo negocian a nivel central, aunque no tengo claro que los ingresos los dividen igualitariamente como propongo yo. También habría que pensar si los equipos de la segunda división tienen derechos a una parte de la tarta, aunque con menor reparto.
Los dos presidentes que protestaron por la situación actual casi no verían incrementos en sus ingresos, pero los equipos de abajo verían aumentos importantes y, muy importante, los dos grandes equipos recibirían igual que todos por ingresos provenientes de derechos generales. De los dos grandes equipos, cada uno recibiría 100 millones de euros menos y bajarían en la lista de los que más ingresan del fútbol, aunque no bajarían tanto como se podría esperar.
La liga se beneficiaría ya que el dinero si impacta en los resultados deportivos.
Vía | Marca
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Imagen | Deloitte