Los que me leen con asiduidad habrán podido comprobar que no soy partidario de dar consejos a nadie sobre nada, para evitar malos entendidos. Sin embargo, ante las barbaridades que en el día a día veo por parte de gente que decide comprarse una casa, he decidido hacer una excepción en este post.
Comprar una vivienda es posiblemente la decisión económica más relevante que tomaremos en nuestra vida. El montante económico de una inversión de este tipo es tal que, si erramos o nuestra situación laboral cambia a peor, podría acarrear consecuencias nefastas sobre nuestras finanzas personales. Por esta razón, vamos a analizar cinco factores a tener en cuenta antes de comprar una casa:
Hacer cálculos. Debemos analizar con todo lujo de detalles nuestra solvencia personal y ser previsores para evitar sustos en el futuro: estabilidad laboral, sueldo anual, cuota de la hipoteca, tipo de interés... Aunque este punto pueda parecer una obviedad, no os imagináis la cantidad de "compras en caliente" que se llegan a cerrar pensando en visillos y tarimas flotantes en lugar de en números objetivos.
Disponer de suficiente dinero en efectivo. Los tiempos de la financiación al 100 % (incluso al 120 %) ya han pasado. Para comprar una vivienda hoy en día es necesario disponer de ahorros que, en mi humilde opinión, no deberían ser inferiores al 30 % del precio de venta del inmueble (IVA incluido).
Valorar la posibilidad del alquiler con opción a compra. Lo miréis por donde lo miréis, son todo ventajas, tanto fiscales como económicas. De un lado, la renta mensual se descuenta del precio de venta de la casa, lo que reduce la hipoteca futura, así como sus correspondientes intereses. Del otro, si nuestra situación laboral se tuerce, siempre tendremos la opción de no ejecutar la opción de compra.
Las ciudades dormitorios no siempre son una buena opción. Mucha gente huye de los núcleos urbanos en busca de precios más atractivos y más metros cuadrados. Sin embargo, esta no es siempre una decisión acertada. Si los gastos de transportes se disparan, a largo plazo, lo que nos ahorramos en hipoteca nos lo gastamos en transporte público o privado. Además, vivir excesivamente lejos del lugar de trabajo puede repercutir negativamente nuestra calidad de vida.
Buscar, buscar y volver a buscar. Por suerte o por desgracia, en nuestro país sobran casas. Por ello, antes de comprar recomiendo hacer un análisis profundo del mercado: inmobiliarias locales, inmobiliarias nacionales, webs de bancos, ferias inmobiliarias y, por supuesto, paseos a pie por nuestro barrio preferido en busca de carteles de "Se vende". No hay prisa en comprar, siempre habrá casas a la venta.
En definitiva, consejos básicos que no todo el mundo aplica antes de comprar una casa y que podrían ahorrarnos sobresaltos en el futuro.
En El Blog Salmón | Burbuja inmobiliaria
Imagen | Revellín