Ayer El País publicaba un interesante artículo sobre las renuncias de las herencias en España. Debido a la diferente fiscalidad de cada Comunidad Autónoma se ve una correlación entre el porcentaje de renunicia de herencia y la cantidad de impuestos que hay que pagar. Esto no tendría mucho sentido ya que por muy altos que sean los impuestos no llegan al 40% (y a esto hay que sumarle exenciones y bonificaciones). Pero con la liquidez hemos topado.
La correlación que se observa tiene mucho que ver con la preferencia de los españoles de tener el patrimonio concentrado en el sector inmobiliario. Muchas veces la herencia es una vivienda y no dinero, y es complicado para los herederos liquidar el impuesto ya que tienen que hacerlo con su propio dinero.
Otro problema de los bienes inmobiliarios es que no se sabe muy bien su valor. Si en lugar de estos bienes la herencia fueran acciones puedes saber en todo momento su cotización. En cambio en las viviendas hay que hacer una tasación y muchas veces Hacienda las tasa por un valor muy elevado, así que ni con una venta de la vivienda (que además tendría que hacerse rápido y seguramente a la baja) se podría pagar dicho impuesto.
En definitiva, las viviendas son un problema en las herencias, excepto en Comunidades Autónomas donde el impuesto es bajo. La tendencia española a acumular bienes inmobiliarios (poco líquidos) da problemas y la herencia es uno más de ellos.
Imagen | Julio César Mesa