Se entiende que las empresas emisoras de tarjetas de crédito en sus comentarios públicos intenten minimizar los peligros de las tarjetas perdidas y de los robos relacionados; es su negocio y se basa en la confianza. No obstante, el robo de tarjetas y, aun más problemático, el robo de la información y de los códigos de estas, es preocupante y nos debe hacer responder modificando nuestros hábitos sobre cómo las utilizamos. Como vimos con el phishing en la web (robo de información personal y financiera), también se están viendo muchos riesgos con las tarjetas y con sus códigos.
La ventaja de las tarjetas de crédito y de las condiciones de su emisión es que los bancos son los más expuestos a estas pérdidas, desde el momento en el cual el usuario informa de los problemas. Por eso, los emisores introducen cada vez más normas y tecnologías para protegerse del fraude y de las pérdidas multimillonarias.
Desgraciadamente, este es el gran problema, puesto que si en vez de perder la tarjeta, alguien tiene acceso a sus datos, puedes ni darte cuenta de ello y quedar expuesto a pérdidas económicas importantes.
Al final, debemos tratar las tarjetas y nuestras operaciones online con sentido común y entender qué códigos deben ser secretos y no se deben revelar a nadie sin antes asegurarse de quién está recibiendo esta información y notificar problemas lo antes posible. Esto último por lo menos transfiere el riesgo a los emisores de las tarjetas, donde debe estar.
Vía | BBC Mundo y Periodista Digital En El Blog Salmón | Ahora le toca al Banco Popular y Los comercios y las tarjetas de crédito