Luego no quiero reclamaciones. Ésta no es una de mis recomendaciones cinéfilas. No me hago responsable. El que desee ver Los timadores, con Leblanc y compañía, que lo haga por su propia cuenta y riesgo. Pero ilustra de un modo muy gráfico el llamado timo de la estampita que, según algunos, es genuinamente español. Esto me hace pensar que en el pasado (o quizás hoy mismo) eramos los nigerianos de Europa.
He pensado en él a propósito del timo de las bolas de colores. Parece mentira como siguen funcionando los viejos esquemas clásicos. Al nivel de la Coca-Cola. En ambos casos me generan, sin embargo, una gran tristeza. El de las bolas, el típico esquema piramidal, demuestra la ignorancia de la gente, su falta de sentido común y de unas nociones financieras básicas. Pero es que el timo de la estampita se apoya en la avaricia. En la avaricia, y añadiría yo que en una absoluta falta de escrúpulos por parte de la ¿víctima?
Y lo pongo entre interrogantes ya que me cuesta llamar victima, timado, etc...a quien pretende estafar a un discapacitado psíquico (en otras variantes a alguien en un estado absoluto de necesidad). Me resulta sonrojante que se atrevan luego a denunciarlo a la policía, tan pichis ellos (no se acordaron de ella para que amparase al minusválido). Ese pobre abuelito estafado que iba aprovecharse de alguien aparentemente indefenso. Incluso me pregunto sobre si no hay posibilidad de perseguir penalmente a estos timadores timados. Alguno pensará que bastante castigo ha tenido, pero creo que se merecen una reprimenda pública, por el sistema penal, para que se las quiten las ganas de comportarse de este modo en un futuro.
En El Blog Salmón | Otro timo piramidal, las bolas de colores