La economía española gira más allá del sol, la playa y el buen tiempo. El turismo es una fuente importante de ingresos para nuestro país pero sería un error considerar que España solo es eso. Cuando hablamos del Levante español rápidamente pensamos en las increíbles playas que atesoran por el Mediterráneo o de su increíble clima, pero el Levante es mucho más que eso.
El Levante juega un papel fundamental e indispensable dentro de la economía del país y lo hace con un sector puntero, la industria del calzado. El calzado representa un sector esencial para la economía global de la Comunidad Valenciana y más concretamente para la provincia de Alicante.
Calzado con sello valenciano
La Comunidad Valenciana ha sabido hacerse un hueco en esta industria y es que miles de puestos de trabajo y empresas giran alrededor de este sector, que ahora ocupa un lugar destacada y que ha sabido sobreponerse a los varapalos del mercado. El mercado chino y su llegada supusieron un duro golpe para la industria, una competencia difícil de solventar, pero que poco a poco parecen superar.
La competencia de los productores chinos, caracterizados con unos bajos costes de fabricación, ha supuesto una gran amenaza para las ventas de la industria valenciana. El país asiático produce al año más de 7.000 pares de zapatos, lo que supone un 52% de la producción mundial. La Comunidad Valenciana ha tenido que reinventarse, y si en algo puede desbancar a China es con la calidad de sus productos.
La Comunidad Valenciana es la primera región española más exportadora del país y España el segundo productor de calzado de Europa. Así lo demuestra el estudio realizado por el Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, asegurando que la comunidad representó el 42% de las exportaciones de España en el pasado año. Un dato que supusieron unos ingresos de 1.367 millones de euros.
El calzado de piel es el producto estrella valenciano, un referente a nivel nacional e internacional. Su exportación supone un 56%, mientras que el textil representa el 17%. El informe indica que Alemania es el principal destino del calzado levantino, suponiendo un 13% del valor total, junto con EE.UU, Francia e Italia con un 12% cada una.
La industria del cuero y el calzado de la comunidad generan un valor de 1.271 millones de euros que equivale al 3% del total de la industria levantina. Y es que no obstante, en la Comunidad Valenciana se localizan el 52% de las empresas activas fabricantes de cuero y calzado, lo que supone un total de 2.170 establecimientos frente a los 4.142 que hay a nivel nacional. De estos, la comunidad congrega el 24% de las empresas exportadoras, es decir 1.345 en total, frente a las 5.556 de España.
Alicante, capital española del calzado
Alicante congrega la gran mayoría de la totalidad de zapatos que se fabrican en la Comunidad Valenciana, un dato que supone el 65% del total nacional. Entre los municipios de Elda, Petrer, Villena y Elche se congregan más de 2.500 empresas de calzado y dan empleo a más de 16.500 personas, un hecho que sitúa la zona como el lugar de producción de calzado español.
La mitad el tejido empresarial de estos municipios trabajan en la industria del calzado, y es que solo en Elda un 60% de las familias tiene algún miembro o varios de ellos trabajando en el sector. En la ciudad destacan empresas de la talla de Shoes by Stuart (Petrer), Pikolinos (Elche), Panama Jack (Elche), Mustang (Elche) o Revecurt (Elda).
Una facturación que se espera al alza
Con este desarrollo industrial el Levante vive su gran momento. El 14% de las empresas de calzado de la comunidad estiman que la facturación del 2023 aumentará entre un 5% y un 6%. Del mismo modo se prevé que las exportaciones supongan más del 75% de la comercialización durante el 2023.
En este sentido, la presidenta de la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal), Marián Cano, ha destacado que “el sector mantiene unas previsiones de crecimiento moderadas y en general se muestra precavido en sus expectativas para este 2023, ya que afronta con incertidumbre y preocupación la actual volatilidad de los mercados y la inestabilidad que sigue existiendo en los precios de las materias primas y de la energía”.
El sector no se detiene y continua invirtiendo en I+D+i. Así pues más de un 39% de las empresas destinaron 30.000 euros en ella, tratando de avanzar en innovación, hacer uso de las nuevas tecnologías y desarrollar nuevos diseños. Aún así el sector del cazado aún tiene mucho camino por delante y mucho por hacer, y es que los retos a los que tienen que enfrentarse las empresas de la comunidad giran ahora en torno a la digitalización, el medioambiente, la creación de productos sostenibles y los planes de igualdad.