Tal y como hemos avanzado en el post anterior, la subasta de deuda pública que ha ido bastante bien para España dentro de lo que se esperaba, ha ensombrecido todos los mercados a raíz de la rueda de prensa de Trichet en la comparecencia del mediodía. La primera noticia y cumpliendo con el guión, el BCE mantiene los tipos de interés al 1,5%, nada fuera de guión, hasta que ha dejado ver entre líneas que el BCE podría actuar en el mercado de deuda pública.
Este comentario, junto con la información que ha facilitado Bloomberg ha disparado todas las alarmas, dado que la compra de bonos por parte del BCE está siendo selectiva y sólo atiende a bonos de Portugal e Irlanda pero no de Italia y España. Por contra, si ha anunciado una inyección de liquidez a 6 meses para el próximo 11 de agosto, por lo que Italia y España, deberán seguir financiándose en los mercados, aunque tengan los CDS disparados y paguen tipos de interés por encima del 5% para emisiones a medio plazo.
Actualmente, el BCE tiene en carterabonos de países periféricos por importe de 74.000 millones de euros y desde marzo no había intervenido en el mercado de deuda pública. Ahora, con la situación actual y la presión a la que se está sometiendo la deuda española e italiana, cabría replantearse si el BCE y todo el Consejo está actuando correctamente o no. El Banco de Inglaterra si apoya la compra de deuda pública y tiene abierta una línea de 200.000 millones de libras.
El BCE no quiere coger la deuda de Italia y España y si en estos motivos se encuentra la posibilidad de convertir en un vertedero el propio BCE, se equivoca, puesto que ya lo es con la cartera de deuda que tiene. ¿El problema real? Que el BCE se convierta totalmente en el nuevo camello de los Estados que le suministren la dosis de deuda pública para que los Estados sigan endeudándose más y más hasta límites inconcebibles.
Vivir a crédito y con déficit se acabó y la quiebra de la estructura pública de gastar hoy sin ingresar para pagar mañana es inminente. Por ahora, el BCE sigue con la estrategia de la patada hacia adelante con países selectivos, pero antes o después, esos países quebrados tendrán que decir basta y admitir el default. Dicen los jugadores de poker que hay que saber tirarse cuando se ha perdido y ahora mismo, muchos países tienen en sus manos bazas perdedoras. Sólo es cuestión de seguir prolongando la agonía pero la quita masiva y el crash global no anda ya muy lejos, más aún si los países no son capaces de eliminar su déficit.
Por nuestra parte, en España, podemos respirar durante agosto, no necesitamos más dosis de deuda hasta septiembre, con lo cual, tenemos casi un mes de tranquilidad previa en los mercados y más recortes y subidas de impuestos en el horizonte.
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