La fuerte contracción de Ucrania en casi un 30% en el último trimestre da cuenta de la tambaleante situación de la periferia europea. Los datos aportados por Edward Hugh son relevantes y señalan que la pesadilla iniciada en los Estados Unidos hace un año, y negada sistemáticamente quizá por las elecciones del pasado 4 de noviembre, se está propagando en forma acelerada. No puede verse de otra manera si tomamos en cuenta que Ucrania creció a un ritmo del 11% el año pasado y este año su crecimiento bordeará el 3% para, a este ritmo, ser negativo el próximo año.
De ahí que el Banco Mundial esté pronosticando una contracción para el 2009 de un 4% mundial. La recesión que golpea a EEUU, Japón, el Reino Unido, Islandia, Pakistán, comienza a trasladarse a la otra orilla con Ucrania, Turquía, Hungría, Bulgaria y Lituania. No debe sorprender que mañana llegue a Rusia, Brasil o Argentina.
La mayoría de estas economías podrían evitar lo peor si aplican rápidamente los ajustes que les permiten las políticas monetaria y fiscal e incrementar y programar sus déficit. Se debe comprender, antes que sea demasiado tarde, que al hacerse menos efectiva la política monetaria tradicional, se debe apelar a las herramientas de política monetaria no tradicionales orientadas a dar mayor liquidez en forma inmediata al sistema. Asimismo, la política fiscal tradicional debe cambiar por una política fiscal no tradicional: aplicar recortes de impuestos y facilitar los préstamos a empresas y personas.
Los bancos centrales eran tradicionalmente los prestamistas de último recurso. Pero ahora se han convertido en el único prestamista. Y en esto también deben recibir el apoyo inmediato del Banco Mundial y del FMI, quienes no pueden rehuir de su responsabilidad en la implantación de las políticas que llevaron a este desastre. La economía mundial se convirtió en rehen de las tesis del libre mercado, y vivió 30 años amparando y privilegiando esta fantasía.
Como en el cuento de Peter Pan, durante tres décadas la economía global vivió en ese país de nunca jamás y se negó a crecer. Ahora que se descubre que todo no fue más que una batalla ideológica, y que el mundo se encamina al borde del precipicio, hay que apelar a todas las herramientas para al menos evitar un desplome como el que está viviendo la Europa del Este.
La promesa instaurada por el modelo económico vigente de que se habían aprendido las lecciones de la Gran Depresión, ha resultado completamente falsa. Y lo demuestran las tristes noticias que vemos cada día y la tinta roja que corre a raudales en los indicadores macroeconómicos.
El daño, que amenaza con iniciar el 2009 con un 10% de desempleo global (las cifras para EEUU indicarán que en diciembre se incorporaron 600 mil personas a la lista de desempleados) es patente. Los estrategas que revivieron al dinosaurio (como en la película Jurassic Park) ahora no saben cómo desprenderse de esta mole destructiva. Ni las pesadillas del doctor Frankestein, cuando vio los productos de su engendro, la superan.
Ucrania, al decir de su propio presidente, Víctor Yushchenko, se encuentra prácticamente en quiebra y a merced de los mercados globales. Los riesgos de un aterrizaje violento para toda la Europa del Este están ad portas y esto puede tener serias consecuencias en sus vecinos de occidente. Por eso hay que reinventar a la economía global en forma urgente, antes que sea demasiado tarde.
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Edward Hugh
KyivPost | Ukrainians protest economic meltdown
Imagen | Ukraine National Statistics Office