Europa ha conseguido un gran 2017 en lo que se refiere a sus principales datos económicos. Si atendemos únicamente al dato de crecimiento, la Unión Europea y la Eurozona han conseguido una dinámica de crecimiento que se acelerado notoriamente en ejercicio.
En cifras, hasta el tercer trimestre del año, tanto la economía de la Unión Europea como la de la Eurozona han incrementado sus tasas de crecimiento hasta el 2,6%. Esta mejora atiende de los sus factores entre ellos Francia que ha conseguido doblar su crecimiento pasando de una tasa del 1,2% a una del 2,3%.
Sin embargo, Europa no está exenta de riesgos y como veremos a continuación, para 2018 Europa deberá afrontar sido de política monetaria del BCE, el riesgo a un incremento del precio del petróleo, las negociaciones a del Brexit y en último lugar, un enfoque especial a España y el riesgo político de Cataluña.
Giro en la política monetaria del BCE
Los tipos de interés del BCE se mantuvieron inalterados durante el año y se espera que permanezcan en sus niveles actuales durante este 2018. El gran cambio es que a partir de enero de 2018, el importe destinado a medidas con convencionales parará desde los 60.00 millones de euros mensuales hasta los 30.000 millones.
Actualmente el balance del BCE ha alcanzado la cifra de 4,47 billones de euros y el programa de compras mensuales finalizaría en septiembre de 2018, o más adelante, si fuera necesario, o bien hasta ver un ajuste sostenido en la senda de la inflación coherente con su objetivo de inflación (cerca del 2% en el medio plazo).
El riesgo de este giro reside en el coste de financiación de los estados. Recordemos que los estados van refinanciando los vencimientos de deuda de cada ejercicio. Con la intervención en el mercado secundario de deuda, hemos visto un efecto depresor en las rentabilidades y, por lo tanto, en el coste de financiación para los emisores.
Si el BCE reduce el ritmo de compras, el grado de manipulación en el mercado de bonos será menor y, en consecuencia, las TIRs de los bonos tenderán a reflejar el riesgo de los emisores. Y aquí surge el problema... En la Eurozona tenemos varios países con una deuda pública alrededor del 100% del PIB.
Quizá el caso más destacable es Italia, la tercera economía del euro, con una deuda pública del 132% sobre el PIB (la segunda relación más alta de la Eurozona por detrás de Grecia), con una alta morosidad en el sector bancario y que en los últimos años ha sufrido un estancamiento en su economía con bajas tasas de crecimiento.
Este puede ser uno de los grandes problemas de la Eurozona porque, a diferencia de Grecia, Italia no es rescatable con 2,27 billones de euros en deuda pública. El fin del QE llevará a un mayor gasto en el servicio de la deuda italiana siendo especialmente sensible a un shock externo, y por extensión la Eurozona.
Subidas en el precio del petróleo
Durante 2017 se ha producido un requilibrio del mercado del petróleo, con un incremento de la demanda y también a la espera de la extensión del actual acuerdo de la OPEP más allá de marzo de 2018.
Las tensiones geopolíticas tras el referéndum de independencia del Kurdistán en Irak a finales de septiembre y la preocupación por las sanciones estadounidenses contra Irán también han apoyado mayores cotizaciones de petróleo. Los precios se mantienen muy por encima de los niveles antes del acuerdo OPEP celebrado en noviembre de 2016.
También hemos visto un año de reducciones de producción impulsadas por la OPEP y Rusia, que se iniciaron el pasado mes de enero y están programadas para 2018. Las interrupciones del suministro de gasoductos en Libia y el Mar del Norte también han apoyado los precios del petróleo.
Debido a estos factores, la cotización del Brent ha subido fuertemente en 2017 hasta los 66,4 dólares, una subida del 19%.
Si se extienden las tensiones en los países productores de petróleo, lo más probable es que los precios de crudo seguirán en cotizaciones relativamente altas por el riesgo que afecte al suministro de la oferta. Los altos precios del crudo repercuten a aquellas economías más dependientes, como es el caso de España, lo que podría llevar a un repunte al alza de los precios al consumidor.
Reino Unido, la Unión Europea y el Brexit
El divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea está perjudicando especialmente a la primera parte. Se puede apreciar de manera clara en la cifra de crecimiento del Reino Unido que avanza a una tasa del 1,7% (crecimiento interanual del tercer trimestre), siendo el dato más débil desde el primer trimestre de 2013.
En contraste tenemos que la Unión Europea creció un 2,60% pero lo más interesante es que en los últimos meses la tasa de crecimiento del Reino Unido se ha desacelerado, al mismo tiempo que la de la Unión Europea no ha parado de mejorar.
A pesar de que la economía británica se ha desacelerado, el gran problema reside en el fuerte avance de la inflación fruto de la devaluación de la libra esterlina. La inflación al consumidor en el Reino Unido subieron un 3,1% en el año hasta noviembre de 2017, la tasa de inflación más alta desde marzo de 2012.
Dependiendo de cómo evolucionen las negociaciones en los próximos meses, las repercusiones para el Reino Unido serán más intensas y quizá puedan trasladarse a las empresas europeas con intereses en el Reino Unido. En el mes de noviembre, tras meses de negociaciones, el Reino Unido la Unión Europea llegaron a un principio de acuerdo sobre la factura que se situaría en una cifra de rondarían los 45.000 millones los 55.000 millones de euros.
España: El riesgo político se centra en Cataluña
Como hemos comentado anteriormente, el giro en la política monetaria del BCE puede poner en aprietos aquellos países más endeudados, y entre ellos se encontraría España con una deuda pública muy próxima al 100% de su PIB.
Sin embargo, actualmente el riesgo político de Cataluña es el principal factor de riesgo sobre la economía española. Este riesgo no está vinculado a la eventual independencia de la comunidad autónoma sino a la pérdida de confianza de inversores y consumidores. Para Europa el riesgo de Cataluña reside en que puedan florecer movimientos independentistas en los países miembros que imiten lo sucedido, apostando por la vía unilateral.
Esta vía unilateral no ha salido gratis. Cataluña se vió perjudicada en el mes de octubre y en noviembre con unos datos que no han sido especial entera positivos:
- Índice de Precios Hoteleros: +4,49% España vs -0,45% Cataluña.
- Variación de los ingresos por habitación: +7,30% España vs -1,69% Cataluña.
- Desempleo: +0,21% España vs +1,78% Cataluña.
A pesar de todo, la ventaja de la economía española reside en una dinámica de crecimiento y creación de empleo muy intensa. Se espera que se acabe cerrando el año con una tasa de crecimiento del PIB del 3,1% y el descenso de la tasa del paro ha alcanzado una cifra del 16,4% sobre el total de población activa.
Después de la celebración de las elecciones catalanas pasado 21 de diciembre, el 47,5% de los votantes eligieron partidos independentistas pero que con representación parlamentaria suman la mayoría en el Parlament. Habrá que ver en los próximos meses la formación del ejecutivo, si éste continúa o no por la vía unilateral y cómo se retrocede la aplicación del artículo 155.