La crisis económica que atraviesa el mundo comienza a provocar un giro en la hegemonía global. Por primera vez, Estados Unidos, Canadá y Europa generarán menos del 50% del PIB mundial, mientras el resto de las naciones, encabezadas por China, producirán poco más del 50%.
De acuerdo a datos del CEBR, Centre for Economics and Business Research, las economías de EEUU, Canadá y Europa producirán este año el 49,4% del PIB mundial, bastante lejos del rango del 60% al 64 por ciento registrado entre los años 1995 y 2005.
Douglas McWilliams, director ejecutivo de la CEBR señaló que este desplazamiento o caída de la hegemonía productiva entre Europa y los dos países de América del norte se esperaba pero no tan pronto, dando cuenta de dos hechos concretos: por un lado se demuestra que la actual crisis económica es la mayor de los últimos 60 años y, por otro, que occidente deberá asumir la pérdida de la hegemonía mundial en materia económica.
La CEBR esperaba que la producción del resto del mundo no superara al eje Europa-NorteAmérica hasta el año 2015. Pero la crisis ha adelantado la tendencia haciéndola ya irreversible. Se estima que para el año 2012 el eje Europa-NorteAmérica producira sólo el 45% del PIB mundial. De ahí que el G20 terminará por eclipsar al G7 o G8, tal como lo señalan Gordon Brown y Hu Jintao.
China superó a Alemania el año 2007 y ya es la tercera economía del mundo, muy cerca de Japón. Además, China, India, Rusia y Brasil (los países BRIC) tienen, en conjunto, más del 41% de las reservas mundiales de divisas.
Según la CEBR la economía mundial se reducirá un 1,4 por ciento este año, el primer descenso desde la segunda guerra mundial. Todas las esperanzas están puestas en la rápida recuperación de China que lucha por rearticular su economía e inyectar vitalidad a sus vecinos asiáticos partiendo por Taiwán y Hong Kong.
Mientras las economías occidentales luchan por un aterrizaje suave y aminorar las pérdidas del grave desempleo que en la zona euro afecta al 9,2% de la población activa, los países asiáticos ven muy cercana su recuperación. Esta noticia también tiene su lado amargo como los efectos en el precio del petróleo cuya alza puede hacer más lenta la recuperación de los países más débiles.