El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó ayer su informe sobre la concesión de hipotecas en España. El desplome de las mismas, tal y como ya comentamos en estas páginas, es significativo y llama mucho la atención como ha cambiado el perfil del crédito hipotecario que se concede en nuestro país.
Cristina Delgado lo explica muy bien en su artículo en El País, donde señala que la hipoteca estándar a mediados de 2006, en pleno boom inmobiliario, era de 140.179 euros, concedidos a un tipo de interés variable del 3,91 % y con un plazo medio de devolución de 25 años. Sin embargo, a día de hoy la hipoteca media es de 97.495 euros, con un interés del 4,43 % y a devolver en 21,7 años. Inevitablemente algo ha cambiado en la sociedad española para que el crédito hipotecario varíe tan significativamente. La explosión de la burbuja inmobiliaria ha hecho mucho daño tanto a las familias, que se han vuelto más precavidas, como a las entidades financieras, que han optimizado sus criterios para conceder este tipo de créditos.
Sin embargo, es especialmente significativo el hecho de que los tipos de interés de las hipotecas no sólo no sean inferiores a los de la época pre-burbuja, sino que son aún mayores. La razón la encontramos, como ya explicamos hace un tiempo, en los mayores diferenciales que aplican los bancos en los créditos que conceden para compensar el hecho de que el Euríbor se encuentre en valores mínimos históricos (sólo en los tres primeros meses del año el incremento medio de dichos diferenciales fue de 0,5 puntos).
De esta forma, hemos pasado de diferenciales en torno al 0,5 en el año 2006 a unos diferenciales por encima del 3 % en la actualidad. Esta bomba de relojería explotará cuando la economía europea comience a mejorar y, como consecuencia, en un entorno de mayor confianza, el Euríbor empiece a subir. La situación entonces podría ser dramática para muchas familias, que verán como sus ingresos siguen congelados (siendo generosos) a la vez que la mensualidad de su hipoteca se dispara, lo que nos lleva a pensar que la crisis hipotecaria aún se encuentra en una fase muy temprana de su existencia.
Desgraciadamente, mucho me temo que nuestro país necesitará aún algunas décadas para recuperarse de los estragos que el ladrillo ha ocasionado a nuestra economía. ¿Aprenderemos la lección o volveremos a caer en la misma trampa? No se ustedes, pero yo tengo muy clara la respuesta.
En El Blog Salmón | Cada vez se conceden menos hipotecas, La crisis hipotecaria no ha hecho más que empezar Imagen | enriquearruti