En estos tiempos de dificultad, no sorprende que los que están sufriendo, que son casi todos, busquen que les den soluciones y, si es posible, que las medidas sean rápidas y ostensiblemente impactantes.
Sabiendo esto, y siguiendo su papel de políticos, que es salir en la prensa anunciando cosas, nuestros líderes salen a diario para anunciar medidas, supuestas soluciones para lo que nos duele. Como hay que hacer el impacto más grande en el tiempo más corto, no sorprende que veamos cifras estratosféricas que no sabemos ni qué quieren decir.
Muchos (¿casi todos?) piensan que el gobierno sólo tiene que gastar más y todo irá bien, no importa cómo se financie. Será más deuda y luego más impuestos pero las cosas van tan mal que hay que pasar por esta mala situación y luego nos preocuparemos del lío en que nos metimos. Y eso los que piensan que nos estamos metiendo un un lío fiscal, que no son todos.
Algunos, increíblemente, piensan que los gobiernos deben tomar más participación en la economía y que, aunque se pronuncian en favor del mercado privado en teoría, parece que no hay límite en la participación en la economía que ellos piensan que los gobiernos pueden tomar.
Algunos de nuestros comentaristas incluso se molestan cuando advertimos que la intromisión en la economía por parte de los gobiernos es mala, y que no hay un nivel de intromisión buena y otra mala. Toda intromisión es mala y más mala con más intromisión.
Por eso se molestan cuando les llamo keynesianos (uno de nuestros comentaristas incluso ha tomado este nombre, supongo que con orgullo, por eso sorprende que se moleste), y se molestan mucho más cuando les llamo soviéticos. Esto sigue mi opinión que se puede ver en estas páginas desde hace tiempo (ya en estos comentarios se me conocía esta opinión) que el keynesiano es soviético, un poco keynesiano un poco sovietico y mucho keynesiano mucho soviético. Somos demasiado liberales o, como algunos les gusta más, neo-liberales, o algo así.
La intromisión de los gobiernos en las economías tienen en común con lo soviético que ganan los enchufados, los recursos se distribuyen en base a conexiones no en base a la eficiencia, y su gestión también.
Para entendernos, la intromisión que no es bienvenida es donde los políticos y los funcionarios se meten en la actividad económica y reemplazan al sector privado en las actividades económicas. Su papel correcto es la regulación, el mantenimiento de las leyes y las ayudas a los más necesitados.
Y cuando hablo de que la intromisión gubernamental es mala no es hablar en teoría.
Para los que no quieren olvidarse de la historia, tenemos claros ejemplos históricos de por qué las participaciones de los gobiernos son malas y cuando participan más, más malas son.
Malo en términos de eficiencia, de distribución de riqueza, de crecimiento, de productividad, de inversión, de empleo sostenible, etc. etc. etc.
Aparte de los argumentos de que, estamos mal y hay que hacer algo, lo que sea, también oímos otros argumentos en favor de la intromisión estatal en la economía.
Nos vienen con la crítica que el mercado privado no se ha lucido ya que nos ha llevado a la crisis en que nos encontramos. ¡Pues no!
La razón principal por qué nos encontramos en la situación actual, como ya he hablado anteriormente, está en la puerta de los políticos y los reguladores. Los primeros por intrometerse y entorpecer la actuación de la economía y los segundos por regular mal, tarde y poco, y por cierto, animado por los políticos a que flojeen en sus regulaciones.
El sistema capitalista liberal no se puede criticar porque en realidad no se ha probado.
Es verdad que los actores económicos son egoístas, pero todos no sólo los banqueros. También los empresarios, los trabajadores, y los consumidores, ah, y los políticos y los reguladores, hemos actuado de forma egoísta. ¡Qué sorpresa!, es que somos egoístas.
Este egoísmo lo hemos demostrado todos, incluso los que intentaron beneficiarse de las subidas de sus casas, aunque es más fácil tachar a los banqueros de egoísmo y culpar al sistema y, así, esconder nuestra responsabilidad.
También nos vienen con el argumento de que el sector privado no nos está sacando de este lío. Cómo quieren que lo haga, ya que los políticos han tomado todas las riendas e introducido incertidumbre en lo que van a hacer y lo que va a pasar.
En esa situación, es mejor ahorrar, invertir lo mínimo, reducir gastos y, si eres banco, prestar poco, exactamente lo que ha estado pasando.
El camino de la economía es preocupante, no por la crisis pero por las respuestas a estas dificultades que están entorpeciendo y viendo que las cargas que nos están imponiendo para el futuro frenará la salida más que otra cosa.
En El Blog Salmón | Confirmado, los gobiernos reemplazan al sector privado, Bienvenidos al capitalismo 3.0 y Los gobiernos no pueden reemplazar al sector privado