Nueva York es el ejemplo perfecto de gran ciudad que intenta abordar el problema de la vivienda pero que, lejos de solventar la situación, acaba complicándola más. Lejos de conseguir reducir el precio de los alquileres y el turismo masivo, lo que se ha logrado es que la vivienda sea más inaccesible, en un proceso de elevada inflación, y que los hoteles sean más caros.
La Ley Local 18 surgió como una norma que buscaba restringir los arrendamientos turísticos, que estaban elevando los precios de los pisos en la gran ciudad. El alcalde Eric Adams y su predecesor, Bill de Blasio, no dieron con la tecla correcta. Fue en septiembre de 2023 cuando se comenzó a aplicar la nueva ley que frenase la presencia de los Airbnb, que representaban más del 10% de todo el alojamiento turístico disponible en la ciudad.
Efectos inminentes de la Ley Local 18
La nueva normativa acabó de raíz con la mayoría de los anuncios de Airbnb a corto plazo. En marzo de 2024, los avisos de Airbnb para estancias cortas (menos de 30 días), se desplomó un 83%, es decir, a los 3.705 departamentos ofrecidos frente a los 22.247 de agosto de 2023. Además, la mayoría de los alojamientos de Airbnb (el 90%) se ofertan para estancias largas de más de 30 días.
Tanto la industria hotelera como el sindicato de trabajadores de hoteles y afines apoyaron la medida. Lo que no supo ver el gobierno local es que la retirada de la oferta de Airbnb aumentaría la demanda de hoteles y que, por consiguiente, los hoteleros aprovecharían la situación para elevar sus tarifas.
Los proyectos de construcción actuales de Nueva York no son capaces de aliviar la situación de tensión que vive la ciudad. Además, se prevé la construcción de más de 8.000 habitaciones de hotel. Pese a todo, son unas cifras más bajas debido a la nueva zonificación y a los permisos especiales requeridos.
Desde el gobierno neoyorquino se acusa que este aumento de los precios va ligado al crecimiento del turismo, pues en 2023 visitaron la ciudad cerca de 62,2 millones de personas.
Solo hay que ver que el precio de los hoteles ha ido subiendo paulatinamente, a una media de 40 dólares por noche en solo un año. Los datosdemuestran que en temporada alta, la Navidad, volviesen a subir, con incrementos del 3,4% al 4%.
El problema de la crisis humanitaria
Fue a finales de 2022 cuando Nueva York tuvo que hacer frente al problema de buscar alojamiento a los miles de migrantes que llegaban a la ciudad. Una crisis migratoria sin precedentes que acabó con los hoteles ofreciendo sus estancias para acogerlos.
Decenas de hoteles neoyorquinos firmaron acuerdos multimillonarios con el municipio, empezando a funcionar exclusivamente para solventar la crisis humanitaria.
Efectos tras el primer año de la normativa
La Ley Local 18 ha seguido los modelos de otras ciudades turísticas referentes como Londres, Barcelona, Berlín o Florencia. Para poder acceder a un Aribnb, se exige estar registrado y cumplir con ciertas normas. De este modo, no se pueden acoger a más de dos huéspedes a la vez. Solo en otoño se habían tramitado el 25% de las peticiones.
Los datosrecopilados por AirDNA demuestran que el número de Airbnbs disponibles a corto plazo cayó en más de 15.000, desde los 21.500 de agosto de 2023 a apenas 3.300.
Se estima que hay alrededor de 4.600 alquileres para corto plazo. De las de las 5.783 solicitudes para alquileres a corto plazo que la ciudad había recibido a finales de febrero de 2024, se aprobaron 1.594, denegaron 900 y devuelto algo más de 3.000.
Nueva York pierde peso
Sus medidas restrictivas convierten a la ciudad en menos atractiva. Los elevados precios de los hoteles y las medidas excesivas han provocado que los turistas se marchen a ciudades próximas. Nueva York se ha vuelto más cara e inaccesible para los viajeros.
La Gran Manzana pierde peso en beneficio de otras ciudades próximas a la metrópoli como New Jersey y, en concreto, Jersey City, Hoboken o Weehawken, que ofertan un buen acceso al centro de Manhattan. En Jersey City, la demanda de alquiler a corto plazo subió un 77% interanual, en Weehawken un 45% y en Hoboken un 32%.
En el caso de la vivienda, se calcula que hay 35.000 apartamentos de Nueva York registrados en Aribnb para estancias largas, es decir, legales y que no precisan de licencia. Muchos pequeños propietarios se niegan a convertirse en caseros convencionales y por ello han apostado por otras webs alternativas.
Por tanto, ante la escasa oferta, aumentan los precios. Sin ir más lejos, la plataforma inmobiliaria Zillowestima que el alquiler medio en Nueva York ronda ahora los 3.464 dólares, lo que deja un alza interanual de 109 dólares.
Nueva York se ha convertido en una ciudad cara, en la que el alquiler medio es de 2.220 dólares (un incremento interanual del 2,3%). Al oeste de la ciudad se registran los mayores aumentos, de casi el 4%. Situación tensa y compleja tanto para los que buscan un alquiler, como para los turistas de clase media que buscan un alojamiento económico.