La economía española se contrajo un 0,5 por ciento en el primer trimestre de este año acumulando un descenso de 2,0 por ciento en los últimos 12 meses. La cuarta economía de la zonaeuro cumple así siete trimestres consecutivos de descenso y no se puede afirmar que haya tocado fondo. Los datos fueron entregados hoy por el Instituto Nacional de Estadísticas, confirmando la tendencia a la baja que sufre la economía española producto del alto desempleo y la debilidad de la demanda.
Precisamente la caída de la demanda es la que está ejerciendo mayor presión a la baja del PIB, al contraerse un 4,9 por ciento en el trimestre con respecto al trimestre anterior. El gasto en consumo final de los hogares se redujo aún más, de -3,0 por ciento en el cuarto trimestre de 2012 a -3,9 por ciento en el primer trimestre de 2013. Existe un deterioro en todos los sectores, y la tendencia negativa es aún más pronunciada en los bienes de servicios. Esto confirma que sin un aumento de la demanda interna no hay perspectivas de recuperación.
La contribución del comercio exterior al crecimiento aumentó una décima, de 2,8 a 2,9 puntos, respecto al trimestre anterior. Este resultado es consecuencia del aumento de las exportaciones, aunque las importaciones han experimentado una continua desaceleración producto de la debilidad de la demanda. La inversión (formación bruta de capital fijo) cayó un 1,1% en el primer trimestre acumulando un 9 por ciento de caída en 12 meses.
El empleo cayó a una tasa anual del 4,5 por ciento, dos décimas por encima de la tasa en el cuarto trimestre de 2012, lo que supone una reducción neta de 761.000 puestos de trabajo en un año. El desempleo en la cuarta economía de la Unión Europea llega al 27,16 por ciento y, según la OCDE, puede superar el 28 por ciento durante el próximo año. Todo indica que no se espera un cambio de tendencia para 2013 y a la economía le quedan varios trimestres en rojo.
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