Antes de abandonar la cartera de Seguridad Social y pasar a Transformación Digital, el ministro José Luis Escrivá puso en marcha su denominada ‘reforma Escrivá’, con la que se pretende retrasar la edad real de jubilación y alinearla a la edad ordinaria lo máximo posible para construir un sistema de pensiones sostenible. De este modo, los españoles se verán obligados a tener que aumentar sus años de cotización, y por ende, su productividad, si quieren acceder a una pensión digna a partir de 2024. Se fija ahora en los 66 años y seis meses.
Esto afectará especialmente a los trabajadores de la generación del ‘baby boom’, es decir, los nacidos entre 1957 y 1977 que comienzan ahora sus procesos de jubilación. Desde el Gobierno se asegura que España es de los países de Europa con una tasa de ocupación más baja para personas de edad avanzada, por lo que el sistema de pensiones se vuelve insostenible.
La reforma de pensiones, aprobada en marzo por Escrivá, incorpora medidas pactadas con Bruselas en las que se busca mejorar los ingresos por cotizaciones sociales, pero sin racionalizar el gasto. El Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) pasará del 0,6% al 0,7% en 2024, estableciéndose unas bases máximas de cotización en torno al 5% y alcanzándose unos salarios de 56.600 euros anuales.
Todo ello queda recogido en el documento ‘Proyecciones del gasto público en pensiones’, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. El Gobierno asegura que espera no tener que activar el ‘mecanismo corrector’, es decir, aquel que se aplica si el gasto en pensiones excede a la planificación inicial. Pero para hacer frente a esto, los trabajadores deberán ser más productivos y aumentar sus cotizaciones sociales para poder hacer frente a las pensiones de los mayores.
¿Carece realmente España de productividad?
Si se toma como referencia un informe reciente de CaixaBank Research, se aprecia como la productividad durante los últimos 20 años ha sido más moderada. El crecimiento promedio de la economía entre 2014 y 2019 fue del 2,4% en términos reales, desglosándose el crecimiento del factor trabajo en un 1,6%, el factor capital en un 0,5% y la PTF en el 0,3%.
El crecimiento de la productividad del trabajo en España entre 2014 y 2022, en términos reales, fue del 0,3% (inferior al 0,9% del conjunto de la UE). De hecho, en 2022, el PIB nominal por hora trabajada en España era un 76% del valor registrado en la eurozona y el 63% de Alemania.
Si se analizan los datos con respecto al año 2000, no ha habido grandes cambios, pues el PIB por hora trabajada español era del 74% del valor de la eurozona y el 61% de Alemania.
La productividad también se ve afectada por el tamaño de las empresas. Y es que el nivel es del doble en el caso de las grandes empresas, siendo el peso de las pymes en la economía española menor que en otros países. En España, el 35% de la ocupación reside en empresas de más de 50 empleados, siendo este porcentaje del 66% en Alemania.
De hecho, las grandes empresas tienden a invertir en activos intangibles como forma de aumentar la productividad (modelos de gestión y eficiencia organizacional, marketing, bases de datos, software, etc.). De ahí que el futuro de la productividad en España pase por incrementar la inversión en investigación y desarrollo, superando el 1,3% del PIB actual, muy por debajo del 2% de media de la eurozona.
La población activa en edad de jubilación se triplicará en 2050
Todo ello será como consecuencia del incremento de las pensiones a quienes cumplan con este requisito. El ministro Escrivá calculó que el PIB nominal mantendría un crecimiento medio por encima del 3% a lo largo de las próximas décadas, es decir, del 4,9% entre 2023 y 2030, del 4,1% entre 2031 y 2040, del 3,5% entre 2041 y 2060 y del 3,6% entre 2061 y 2070.
En el caso del PIB real, éste crecerá un 2% anual de aquí a 2050, es decir, por encima del 1,4% que ha venido creciendo durante las dos últimas décadas y por encima del 1,13% fijado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Todo ello, con la previsión de que la tasa de paro descienda del 11,6% al 5,5% en el periodo comprendido entre 2050 y 2060. De este modo, se superarán las perspectivas del informe de prospectiva ‘España 2050’ presentado en 2021, que proyectaba una tasa de paro del 7% dentro de 27 años.
El informe recoge un aumento de la productividad del 1,6% entre 2041 y 2050, frente al 0,6% cosechado durante las últimas dos décadas. Entre 2023 y 2030 se espera que aumente un 1,2%, especialmente gracias a los fondos Next Generation, ya que la digitalización tendrá un impacto clave en la productividad.
Incentivos a la jubilación demorada
Con este nuevo paquete de ayuda se espera que se alargue la carrera profesional de los mayores de 54 años, y especialmente, de los mayores de 65 años. No obstante, para conseguir que la tasa de ocupación de la población entre 65 y 74 años se triplique de aquí a 2050 deberán trabajarse mucho por parte del Gobierno. Sus previsiones son pasar del 7,6% actual al 28,3%. En el caso de la horquilla de entre 55 y 64 años, se prevé aumentarla del 59,5% al 76% en 2050.
Y es que las previsiones son que el tramo de edad aumente en 2050 hasta los 16 millones de habitantes, siendo actualmente de 9,7 millones de personas. Además, la ley ha reducido las cuotas empresariales a la Seguridad Social por incapacidades temporales.
El hecho de que los trabajadores aumenten su productividad y sus años de cotización les restará años de jubilación y tranquilidad. No obstante, se les garantizará un 4% extra en base reguladora por cada año trabajado una vez cumplida la edad de jubilación. Será un pago único por cada año, aumentando en un 10% en el caso de trabajadores con 44 años y seis meses cotizados. Además, podrán mezclar el pago único y la base reguladora.
El objetivo del Ejecutivo es realmente complicado, y supone una mayor exigencia en términos de productividad a los españoles. Supone tener que compensar las arcas públicas a costa de un mayor esfuerzo de nuestros mayores, en gran medida por ineficacia de gestión y por falta de previsiones.