El problema en España con la reducción de la jornada laboral es que somos un país de camareros y albañiles. Sin más productividad será un desafío enorme

El problema en España con la reducción de la jornada laboral es que somos un país de camareros y albañiles. Sin más productividad será un desafío enorme
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El asunto de la reducción de la jornada laboral sigue marcando el día a día de la agenda económica. Sindicatos y patronal no consiguen alcanzar un acuerdo. La reducción de 40 a 37,5 horas que propone el Gobierno no llevará asociada una reducción salarial, por lo que de no verse compensada con un aumento de la productividad, empresas y hogares españoles se verían mermados con respecto a sus homólogos europeos.

Hay un riesgo latente de retroceso de la renta per cápita si se reduce la jornada laboral. Y es que, a mayor productividad, mayor índice de reducción de la jornada laboral, pero nunca a la inversa. Lo cierto y verdad es que, según un informe reciente publicado por BBVA Research, todos los sectores económicos españoles tienen menos productividad que los europeos, salvo la agricultura.

De hecho, el valor añadido generado por cada hora de trabajo es un 30% inferior a la media de la Eurozona. En el caso del sector público, llega a ser de un 20% menos que en Europa. Las tecnologías de la información y la comunicación tenían una productividad por hora de un 15% superior a la europea en 1995, pero actualmente es un 30% inferior.

Durante 2023, la renta per cápita relativa española frente a la UE fue del 89,2%, mismo nivel que hace 10 años. Además, fue inferior a la de 2018, que alcanzó el 92,55%. La productividad por hora trabajada creció en el primer trimestre un 1,2% con respecto a 2023, pero la productividad por puesto de trabajo a jornada completa descendió un 0,8%.

Una medida improductiva

Por tanto, si el PIB de España depende exclusivamente del sector turístico, la hostelería y la construcción y se reducen las horas empleadas, la economía del país se vería mermada. Son sectores que no ganan más productividad por menos horas trabajadas, sino que para alcanzar unas mayores cuotas productivas precisan de una mayor inversión horaria.

La reforma laboral derivaría en un aumento de los costes laborales, además de suponer un lastre para el crecimiento económico y de la bajada de la renta per capital. El nivel de vida de los españoles caería en picado. Solo hay que ver cómo la reducción de la jornada efectiva en España, más del doble que en la media de la UE en el último lustro, ha generado una caída de la productividad en un 1,9% frente al ascenso del 1,3% de la UE.

En un contexto marcado por un insuficiente progreso de la productividad por hora, la reducción de la jornada laboral conlleva a un deterioro de la productividad por trabajador y, por ende, de la competitividad económica a medio-largo plazo.

Dos sectores estratégicos

España no se puede permitir perder horas de trabajo en hostelería y construcción, dos sectores estratégicos y motores históricos de la economía nacional. Sin ir más lejos, prácticamente 1 de cada 10 empleos españoles se concentraron en ese sector, rozando los dos millones de afiliados.

El sector turístico sigue ganando peso y supone ya el 9,1% del empleo nacional. Después de que la pandemia acabase con casi 300.000 empleos en el sector, ahora puede presumir de unos números inmejorables y roza los 21,4 millones de afiliados a la Seguridad Social.

En el informe 'Tendencias del Mercado de Trabajo en España en 2023', elaborado por el SEPE, se recogen las dificultades de empresas de determinados sectores para encontrar trabajadores. Esta circunstancia se da en hostelería, construcción, pesca, sanidad o reparaciones metálicas. De reducirse la jornada laboral se vería mermada la mano de obra de sectores clave y, por ende, la productividad económica del tejido nacional.

La disponibilidad de mano de obra es un problema para más del 40% de las compañías del sector, por lo que reducir la jornada laboral acabaría por condenarlo al ostracismo. A esto se le suma que el peso del sector de la construcción en el PIB alcanzó el 4,76% en 2022, seis puntos menos que en 2006.

Tanto en la construcción como en el comercio y la hostelería, principales sectores de la economía de España, la relación presencial de los trabajadores con los clientes es imprescindible y los ritmos de producción son difíciles de alterar.

La reducción de la jornada laboral generaría un impacto negativo de 1,3 millones de trabajadores en hostelería y la pérdida de 2,2 millones de horas trabajadas.

Situación compleja para España

Muchas empresas pueden tener problemas para asumir la reducción de la jornada laboral que propone el Ministerio de Trabajo, poniendo en riesgo la viabilidad. Por tanto, lo lógico es que el crecimiento de la productividad por hora trabajada fuese previo a la reducción de la jornada laboral.

Los datos del Observatorio de la Productividad (elaborado por el IVIE y la Fundación BBVA) lo dejan claro. No es un problema de que los trabajadores no hayan aumentado su producción, sino de que la utilización del capital no es eficiente y no ha mejorado nada en casi tres décadas. Por tanto, la solución al problema que sufre España no puede ser, bajo ningún concepto, distribuir el problema de la productividad.

Foto | Pexels, Getty Images

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