A todos nos habrá pasado. Bueno, al Sr Burns quizás no. Pero quién no ha llamado al chino y se ha encontrado con que no tenía un chavo en la cartera. bendita moda del dinero de plástico. Y llegado ese momento, uno comienza a rebuscar por los cajones, en el maletín del curro, o el bolsillo de la gabardina, a ver si juntando juntando monedas se llega a la cifra, evitándose uno el viaje al cajero automático.
Pues algo de eso vamos a acabar viendo en los próximos años en nuestras Haciendas. Y es que, recordemos que en este país otra cosa no, pero Haciendas, a tutiplén. La central, las forales, las autonómicas, las locales...y su primo mutante, la Seguridad Social, que algunos descubren ahora. Ante el desplome inmobiliario nos encontramos con una fuerte reducción de ingresos de IVA (Estado) y de Transmisiones Patrimoniales y de AJD (Comunidades). Eso por citar únicamente los más destacados. ¿Y que hacen nuestros egregios líderes? Pues voltear los cajones.
Así, leo en el Blog de Manga Abogados que la Administración central se esta planteando imponer un mínimo fiscal a pagar en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, en su vertiente de Donaciones. Recordemos que es un impuesto cedido a las Comunidades, pero cuya competencia legislativa corresponde al Estado. Así, este impuesto que empezaba a ser cuestionado por muchas Comunidades, recobrará nueva vida. Supongo que buscan evitar la competencia fiscal entre Comunidades.
A mi me parece lamentable. Se acaba igualando a aquellas Comunidades que mejor gestionan sus recursos de las que no lo hacen (¿no querían autonomía?), y supongo que alguna protestará, especialmente aquellas que van de liberales. O quizás no.
Y es que a la par, veo en El Confidencial que Esperanza, paladín liberal, no esta muy por la labor de eliminar el Impuesto de Patrimonio (promesa que, recordemos, iba en el programa de ambos partidos) si no le dan cacho a cambio. Así también soy yo liberal (y de Carabanchel, que diría Santiago Segura). Me da la sensación de con esta crisis no sólo vamos a ver lo que se guarda en los cajones. Vamos a poner sobre el tapete la ideología de cada cual. Si me admite el consejo, yo le diría que se preocupe menos de los ingresos y más de los gastos. Austeridad Esperanza, a ver si al final vamos a acabar siendo keynesianos.
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