El FMI volvió a entrar en escena ayer. Lo hizo con una nueva lista de ‘recomendaciones’ entre las que se vuelve a señalar a los salarios como única forma de ganar competitividad y empleo. Más puestos de trabajo a costa de menos sueldos para los nuevos y para los que aún lo mantienen. La nueva advertencia llega justo cuando la demanda interna sigue bajo mínimos y, por lo tanto, cuando muchas empresas siguen sin mercado. Es por eso que a un servidor le surge la pregunta para la institución económica: Y en España, ¿quién va a consumir?
El pasado mes de noviembre, cuando el deterioro económico de 2012 era ya más que evidente en las cuentas del país, hablábamos en estas mismas líneas sobre la necesidad de poner en el punto de mira el otro instrumento para mejorar la competitividad de un país: reduciendo márgenes y, por tanto, beneficios. No lo decía yo, sino que lo advertía el mismo Banco de España que unos meses después se despachaba a gusto proponiendo contratar por debajo del salario mínimo interprofesional.
Lo recordaba ayer el compañero Aurelio en un artículo: la renta per cápita de nuestro país sigue estando por debajo de la media europea (un punto menos en 2012). Pese a las reticencias a la hora de medir con total objetividad el desarrollo o bienestar del país, sí que se convierte en un dato que demuestra un progresivo empobrecimiento de las familias.
Con ese empobrecimiento como telón de fondo, la demanda interna de nuestro país no sólo no despierta, sino que sigue cayendo. La OCDE esperaba que, después de casi el 6% de caída en el acumulado entre 2011 y 2012, este indicador siguiera en números rojos durante este año, llegando al -4,3%. Es decir, el consumo y las inversiones de las familias y las empresas no están estancados, sino que siguen claramente a la baja.
Y con este escenario, las recetas del FMI sólo se centran en los salarios. Reducción de éstos para, con el beneplácito de los empresarios, incrementar el empleo (más puestos de trabajo pero peor remunerados), y además una equiparación con la media europea en el coste del despido (reducirlo más de lo que la reforma laboral actual lo ha hecho).
Si la inversión pública para estimular la economía está casi descartada, ante el agujero en las cuentas de las administraciones, y la renta de las familias seguirá decreciendo con muchas de las medidas planteadas... ¿Quién va a sostener el consumo en este país? Si se sigue minando la capacidad adquisitiva de los consumidores, ¿quien va a seguir impulsando la rueda?
Como comentábamos hace unos días, puede haber más financiación para las pymes e, incluso, muchos más emprendedores con buenas ideas dispuestas a ponerlas en marcha. Pero, sin consumo, sin demanda interna, sin mercado... ¿para qué sirve? Entiendo el reto en el que se encuentra la economía española, con un altísimo paro y una importante dualidad del mercado laboral, pero dudo muchísimo de que seguir empobreciendo a los que, realmente, sostienen, con su consumo, la maquinaria de la economía sea la salida.
En El Blog Salmón | Nueva advertencia del FMI: más ajuste en costes laborales y menos optimismo, Bajar salarios no es la solución, Los salarios siguen ajustándose… Ahora le toca el turno a los márgenes Imagen | stuartpilbrow