Con el anuncio de su lanzamiento al mercado acompañado con la oferta de 100.000 vuelos de €5 por tramo, en España y fuera, el mercado de vuelos se está agilizando. El resultado de este anuncio es que las líneas establecidas están reaccionando y bajando sus precios.
Se ha visto en el tramo Barcelona a Lisboa, con la bajada de precios de la línea portuguesa TAP y también de Vueling.
La competencia funciona y se deberían dar cuenta los gobernantes que sus controles y sus caprichosas protecciones nacionalistas con ´sus´ líneas aéreas nacionales, nos cuesta a todos, los consumidores. Por eso, aunque haya molestado a algunos que piensan en política más que en el análisis, me sigue interesando por qué las líneas de bajo coste parece que han dado la espalda a Madrid, una ciudad grande, con muchos posibles pasajeros y, por lo menos a primera vista, un mercado como cualquiera de los grandes.
Teniendo en cuenta la demanda segura que tienen las líneas aéreas de bajo costo y el consecuente aumento significativo en el número de pasajeros, incluso pequeñas ciudades también deben esperar que se introduzcan vuelos baratos para ellos. Eso si, si los políticos lo permiten.