Hoy que se publica en varios medios que los sueldos en España están congelados desde 1997 y a la baja (este año se prevé que caiga un 0,5 % respecto al año pasado) me ha llamado la atención un artículo de Cinco días sobre cómo negociar las subidas salariales.
Las claves son, hablar con la persona adecuada, no presionar con factores externos (no mencionar ofertas de otras empresas a no ser que sea cierto y estemos dispuestos a irnos) y por supuesto haber sido productivo (cumpliendo los objetivos marcados).
Pero claro, en España tenemos un problema a la hora de la negociación salarial: no sabemos cuánto cobran nuestros compañeros. No es normal hablar de estos temas, mientras que en otros países sí. Y eso es una ventaja para la empresa. Puede haber grandes diferencias de sueldo para puestos más o menos similares simplemente porque un trabajador supo negociar mejor. Y la empresa está tranquila porque a no ser que pasen de ser compañeros a amigos no van a hablar de su sueldo. Para saber si el sueldo es adecuado hay que acudir a comparadores salariales en Internet que realmente no te dicen lo que está pagando tu empresa. En países como EEUU rápidamente cuando se conoce a una persona se le pregunta cuánto gana. Y es normal. En cambio aquí no. Podemos hablar de que la competitividad española es baja, es cierto, pero también es verdad que los beneficios de las grandes empresas están batiendo récords, pero no los salarios que pagan.
Si preguntamos a nuestros compañeros o utilizamos la tecnología para mantener el anonimato (por ejemplo, crear un wiki para poner los sueldos de forma anónima), podríamos tener mejores armas para negociar, aunque las sorpresas pueden ser mayúsculas.
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