Primero atraes a millones de usuarios a tu plataforma. Haces que ésta sea necesaria para comunicarse entre ellos y con marcas y empresas. Después introduces un algoritmo para seleccionar el contenido que visualizan que, a la postre, 'obliga' indirectamente a quien quiera ser más visible a pasar por caja. La conclusión de esa estrategia de Facebook llega con números: un 33% más de anunciantes en tu cartera.
Puede que sea una estrategia premeditada. O, simplemente, una consecuencia de una obligada selección de contenido ante el más que probable aluvión en una plataforma masiva. Pero al margen de ese análisis, la realidad es que en este tiempo Facebook se ha convertido en una fuerte potencia publicitaria.
Y para muestra no hay más que ver los últimos datos aportados por la compañía: hoy por hoy han superado los 2 millones de anunciantes activos (quienes publicaron, al menos, un anuncio en el último mes). Eso representa un 33% de incremento respecto a la cartera de la que disfrutaba.
La mayoría de todos esos anunciantes son pequeñas y medianas empresas que pagan por promocionar sus publicaciones y hacerlas más visibles a sus usuarios y seguidores. Estas compañías controlan más de 30 millones de páginas a través de las que suelen pagar, según los datos publicados por la red, entre 5 y 50 dólares de media al día.
Esas cifras han consolidado a Facebook como segundo actor global en el mercado publicitario por debajo de Google. Entre 2012 y 2014 casi ha duplicado su cuota de mercado hasta rozar el 8%, según estadísticas de eMarketer. Sólo en el último trimestre del año pasado su facturación creció un 32% hasta alcanzar los 3.850 millones de dólares.
Pese a estar a mucha distancia, el avance de Facebook frente al buscador es en el móvil. Zuckerberg ha logrado que siete de cada diez dólares que ingresa (la mayoría por publicidad) provengan de estos dispositivos. Mientras tanto, Google sigue buscando la fórmula con la que lograr la efectividad de sus anuncios en smartphones y tabletas.
En El Blog Salmón | Facebook y sus cuentas: más ingresos y beneficios, pero con más gastos Imagen | Robert Scoble