Este verano me sorprendió Ryanair con una política que desconocía, y era que al viajar con ellos tienes que pagar 6 euros por cada bulto que factures. Esto se puede seleccionar tanto cuando compras el billete como cuando estás en el mostrador de facturación, aunque me imagino que habrá que ir a otro mostrador especial para pagar el importe.
Dicha medida me pareció un poco molesta. Primero porque al comprar el billete me sorprendió que me preguntaran cuantas maletas pensaba facturar y luego me molestó un poco que me cobraran por ello. Es algo así como cuando las líneas aéreas tradicionales te cobran un suplemento por el carburante y no te lo avisan en los primeros pasos de la compra, con lo que no puedes comparar precios. También me parece incómodo porque muchas veces no se sabe cuántas maletas vas a facturar y decir que ninguna y luego pagar allí también puede ser engorroso.
Y hoy leo la noticia de que Easyjet ha decidido seguir la misma política de Ryanair y cobrar por cada maleta facturada. Eso sí, 3 euros por la maleta, la mitad que la línea aérea irlandesa. Además, para animar a la gente a que no facture permiten llevar en cabina bultos sin límite de peso siempre que cumplan con las dimensiones requeridas por las autoridades.
Todo esto me imagino que surge porque los costes de handling aeroportuarios son muy altos y dependerán del número de maletas facturadas. Además me imagino también que muchos retrasos serán culpa de que las maletas no llegan a tiempo. Y también, cuantas más maletas facturadas, mas personal hay que tener en tierra.
Decididamente las compañías aéreas baratas se sentirían más cómodas si nadie facturara equipaje, pero cobrar por ello puede molestar a los viajeros. ¿Dónde se sitúa el límite entre la rentabilidad y las molestias a los clientes? ¿No se volverá esto en su contra?
Vía | El País En El Blog Salmón | Crítica a las compañías de bajo coste