No lo digo por este caso concreto sino porque demuestra que el mercado está actuando y, muy importante, le están permitiendo actuar.
Recordemos que un concurso voluntario de acreedores tiene el objetivo de llegar a un acuerdo entre la empresas y sus acreedores que, en muchos casos, incluyendo este, tiene el objetivo de acordar la continuidad de la empresa y fijar el camino para conseguirlo.
La conclusión de este proceso puede ser que todos lleguen a un acuerdo y permitan a la empresa el tiempo y la flexibilidad financiera para poner su casa en orden y para esperar que las condiciones del mercado mejoren.
En otros casos, la empresa no puede continuar y se procede a su liquidación.
Llegando a esto, los activos de la empresa se venderán a otros más fuertes y, si hay algún negocio salvable, este también. Es verdad que, en este proceso de liquidación, los trabajadores tendrán que buscar trabajo alternativo. Y los directivos también.
Los débiles, los mal financiados, los mal gestionados y los que ignoran los peligros del mercado caen, y deben caer.
Empresarios no pueden pensar que cuando todo va bien, se forran y, cuando las cosas van mal, el gobierno les salva, con la excusa de que hay que proteger los puestos de trabajo y que no se puede permitir que el mercado se desestabilice.
Lo más grande la empresa, más claro el mensaje. Si no lo haces bien, caerás y el gobierno no está, y no tiene por qué estar, para sacarte las castañas.
Vía | Cinco Días y Público En El Blog Salmón | ¿Es el concurso de acreedores la solución para las familias en crisis?, Luces y sombras de los procedimientos concursales y Métodos y Herramientas en un procedimiento concursal