Si por algo destacan en mi querida Jaén y provincia sus empresarios y productores de aceite de oliva es por su "torpeza" (con todo el cariño del mundo), hasta el punto que ha tenido que llegar el BOE a señalarles el sendero adecuado para vender más y mejor el oro verde de la provincia.
Todos vemos a diario cómo el aceite de oliva que se vende en la mayoría de locales hosteleros se sirve en en aceiteras rellenables, en la que el hostelero de turno, rellena con el aceite a granel que él considera más adecuado (o barato) para su negocio. Ahora, ese formato estará prohibido y el aceite de consumo en hostelería debe ir en formato no rellenable. El colmo legislativo por la torpeza completa de un sector productivo.
El origen del embotellado al por menor del aceite de oliva
Para ponernos en contexto, desde los primeros olivos que se plantaron en el sur de España, allá por la época fenicia hasta el mediados de los 90, el aceite de Jaén (y resto de Andalucía), se vendía de forma mayoritaria al por mayor o a granel. El principal comprador del aceite era y es Italia y Portugal (56% saldo comercial de aceites y grasas en 2012), que habilidosamente saben envasarlo, etiquetarlo y colocarlo en mercados tan suculentos como EEUU, Brasil u UK.
Mientras tanto, la fórmula cooperativista mayoritaria de gestión, votaba desde los años 80 si establecer plantas de envasado o no; votaciones que eran rechazadas en la mayoría de cooperativas de manera sistemática por no sacrificar parte de los ingresos presentes a cambio de mayores beneficios en el futuro. Así hasta mediados de los 90, en la que la mayoría de productores importantes, comenzaron a comercializar el aceite por su cuenta.
Acutalmente, ya sabemos envasar en 5 litros, un litro y medio litro pero a nadie se le ocurrió en envasar en formato no reutilizable para hostelería y comenzar a implantar aceite de calidad no rellenable, pero se ha llorado al Estado para que haga primero la ley y luego montamos la industria. ¿Quién pega aquí el pelotazo?
La distribución de aceite en monodosis, casi en monopolio
Esta mañana he hablado con algunos de los principales productores de aceite de la provincia de Jaén y hoy por hoy, no están preparados para envasar aceite estándar en formatos de 100 ml o 200 ml y hablamos de un mercado potencial de 300.000 locales hoteleros.
¿Todos? No, hay un par de excepciones dentro de las grandes empresas de alimentación, empresas que ya surten a Renfe, aerolíneas y tiendas auxiliares de estaciones de ferrocarril y aeropuertos, que tienen este sistema de aceite en monodosis. El resto, no tienen capacidad de envasado suficiente, no tienen stock para aguantar la comercialización y no saben cómo colocar este aceite en el mercado, más allá que meras muestras envasadas o envase en estas fórmulas bajo petición.
Para variar, ese valor añadido caído a golpe de BOE, va a terminar fuera de las líneas principales de producción, porque como siempre, la provincia de Jaén sigue mirándose el ombligo, pasando de comercializar en serio el aceite más al norte de Despeñaperros y sigue llorando por las eternas subvenciones a la producción. Esto, ocurre en una provincia con un 40% de tasa de paro, cuya iniciativa empresarial pasa normalmente por la subvención y por el sistema cooperativista, que está claro que tan buenos resultados le da año, tras año.
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