La Junta de Andalucía ha anunciado una ayuda de 400 euros a aquellos que vuelvan a los estudios. Se pretende de este modo que unos jóvenes vuelvan a las aulas, retomen sus estudios y puedan completar esa titulación que no acabaron. ¿Es tal desperdicio en una comunidad Autónoma que está en una mejorable situación financiera? Veamos la letra pequeña.
La letra pequeña dice que sólo será para aquellos que tengan entre 18 y 24 años, además de cargas familiares. Es decir, que tengan un hijo, hayan dejado los estudios y vuelvan a ello. Los estudios son de ESO, Bachillerato o FP. Nada de universitarios. La ayuda será de 400 euros al mes.
¿Cuánta gente hay en esta situación? No lo sé, pero se han aprobado 3.000 ayudas, por lo que podemos estimar un coste de 400 × 12 × 3.000 = 14.400.000 euros. Lo cual no es cantidad exageradamente grande. A esto hay que añadir el coste de la administración de la ayuda y el coste de tener a esta gente en la educación pública.
No es que yo sea un gran fan de las iniciativas puestas en práctica por la Junta de Andalucía, pero sinceramente, no me parece del todo mal. De hecho no me parece la peor ni de lejos. Si se aplica a personas que tienen que hacerse cargo de un hijo porque lo tuvieron a los quince y dejaron la ESO y ahora están en paro no me parece mal que se les ayude a sacarse una formación mínima que permita mejores oportunidades en su futuro y tengamos una mano de obra más cualificada.
Pero claro, la ESO y el Bachillerato no es que tengan una gran utilidad en el mundo profesional, y lo que hay que potenciar (entre aquellos que no tienen formación ninguna) es la FP. La cual creo que es muy poco probable que se dejara por tener un hijo mientras que se estudiaba. Así que me parece que lo veremos principalmente será a gente que vuelve a sacarse la ESO.
Lo que sí me parece un desperdicio es que se pague una beca por continuar los estudios de 6.000 euros anuales. Es cierto que existe un requisito de renta bastante fuerte, pero también existen becas del estado para aquellos que tienen dificultades para estudiar de toda la vida.
Me gustaría es que se aumentara la vigilancia del fraude fiscal para evitar que este tipo de ayudas se las lleven familias cuyos ingresos vienen de tapadillo. La gran injusticia no es que le den una ayuda a aquellos que dejaron de estudiar mientras que los que siguieron su camino tienen que pagarla con sus impuestos, la gran injusticia es que esa ayuda la reciban aquellos que no la necesitan ni de lejos y que no se exijan resultados en su cumplimiento.
Vía | El Economista
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