El parlamento catalán ha aprobado modificaciones legales para que el complejo de casinos llamado Barcelona World pueda crearse. Entre estas medidas está un nuevo tipo impositivo para el juego del 10% en lugar del 55% actual y modificaciones en las regulaciones urbanísticas.
Personalmente creo que es una mala idea. En España nos encanta construir infraestructuras caras que generan empleo de forma temporal a costa de una inversión de dinero público desmesurada. Y a la larga no genera ingresos suficientes. Hay muchos ejemplos en el pasado, como los parques de atracciones temáticos, los aeropuertos y autopistas. Y éste no es un caso diferente.
Creemos que para salir de la crisis hacen falta proyectos colosales que generen empleo cuando la realidad es que tenemos una legislación que impide el florecimiento de empresas innovadoras y la estructura empresarial está muy basada en el amiguismo. Hay que reformar todo eso y si de verdad hay quien quiere montar un complejo turístico con casinos, adelante. Pero que no sea con dinero o financiación pública.
Al final lo que está haciendo Cataluña es emular la tan clásica política española. Sus instituciones tienen el mismo problema que las del resto de España y el caso de Barcelona World es un ejemplo. Si con el fuerte sentimiento independentista que impera allí y las ganas que hay de diferenciarse no logran otra forma de hacer las cosas, poca esperanza queda para el resto del país.
En El Blog Salmón | Barcelona World, el macroproyecto de ocio de Cataluña
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