Hace unos días, el gobierno británico anunció sus medidas de apoyo al sector financiero y, como parte de estas medidas, anunciaron un acuerdo con los ocho bancos más grandes de ampliación de su capital.
Se acordó que si estos bancos no podían efectuar sus ampliaciones de capital de fuentes privadas, el gobierno respaldaría estas ampliaciones con el capital necesario. Llevándose la parte de capital que le correspondía.
Lo que hizo el gobierno británico es que, los bancos que decidían acudir al capital del estado, se haría a un precio de las acciones muy por debajo del nivel que se ha visto en el mercado. Es decir, que los accionistas de estas entidades sufrirían tener que acudir al gobierno para respaldarles.
Esto cumple una de las dos condiciones que fijé en estas páginas para empresas que buscaban ayuda del gobierno.
Acompañando al sufrimiento de los accionistas que necesitaban ayuda del gobierno, los directivos de estas empresas también debían sufrir con su destitución y con reducciones en su compensación, por tener que acudir al apoyo del gobierno. Esta es la segunda condición que fijé.
El gobierno británico cumplió con las dos de las condiciones necesarias para minimizar el impacto del moral hazard.
Cuando se anunció los bancos que iban a acudir a la ayuda del gobierno, su valor en bolsa bajó de forma importante. Teniendo en cuenta el precio de entrada del gobierno, los accionistas han perdido una gran parte de su valor y el precio de la acción en bolsa tenía que bajar.
En Estados Unidos, acaban de anunciar una inversión de hasta €182.000 millones en capital preferente.
Una diferencia con el plan británico es que los bancos no tienen la elección de tomar o no este capital. Incluso los bancos que piensan que podrían aumentar capital en los mercados privados, tienen la obligación de tomar este capital estatal. No está claro por qué.
La reacción de las bolsas a estas medidas es que los precios de las acciones de los bancos han subido de forma importante. Justo lo contrario a lo que pasó con los bancos británicos que recibieron capital estatal.
Puede que los inversores en las bolsas estadounidenses se estén equivocando y no saben que los precios de este nuevo capital serán bastante más bajo que su valor en bolsa.
Alternativamente, estamos viendo otro error del programa estadounidense, que es que su inversiones se efectuarán a precios más altos de lo que deberían ser, para acudir a capital estatal. No sería la primera vez que se equivocan.
Vía | Finanzas y Expansión En El Blog Salmón | Buenas noticias, un banquero se va y ¿Cómo se mide si los planes de apoyo financieros tienen éxito?