La forma más segura de conseguir que se quiebre la economía de un país es que un líder político del país diga que esto está a punto de pasar, como acabamos de ver en Estados Unidos cuando su vicepresidente electo anunció que su economía está cerca de ese punto. ¡Brillante!
El problema con los políticos es que no saben cuando quedarse calladitos y, como tal, parece que dicen todo lo que se les entra en la cabeza.
Como somos una página de política económica y no de política, no hablaré de los aspectos políticos de este debate.
Está claro que, ahora que han ganado las elecciones, el Presidente y Vicepresidente electo de ese país tienen todo el interés de dejar entender que la situación económica que van a heredar es lo peor posible, incluso peor que lo que realmente es.
Nuevos directivos de empresas hacen lo mismo cuando toman el mando, exageran la parte negativa de los negocios que ahora van a liderar.
Esta costumbre se sigue por dos razones, primero, para que les den tiempo a tomar sus decisiones y no culparles si las cosas empeoran y, segundo, para que reciban mayor crédito por haber salvado una situación difícil, cuando las cosas vayan mejor.
También funciona igual cuando los banqueros hablan y nos dicen que no nos piensan prestar hasta que pasen 12 o 24 meses. Tampoco están exentos los nóbeles ni nosotros los comentaristas.
Cuando los políticos siguen esta estrategia la línea que siguen es muy delicada ya que los pronunciamientos negativos de nuestros líderes tienen el efecto de cumplirse.
La conclusión lógica cuando el pueblo oye de sus líderes que las cosas van a ir aún peor que ahora es que los consumidores dejan de consumir tanto como tenían previsto, los empresarios invertirán y contratarán menos trabajadores de lo que tenían previsto y esta redoblada reducción en la actividad económica causa exactamente los peligros que preocupan a los políticos.
Este círculo vicioso se basa en la falta de confianza reforzada por las comunicaciones cada vez más negativas y pesimistas de los líderes.
Argumentamos hace tiempo cuando en España se empezaba a hablar de crisis al mismo tiempo que la economía todavía estaba creciendo por encima del nivel europeo, que el desempleo seguía bajando, que el presupuesto del Estado estaba en superávit y que el sector inmobiliario seguía subiendo, aunque a un ritmo más bajo.
En este contexto, no veía donde estaba la crisis del que se estaba hablando y, con las continuas repeticiones de que estábamos en crisis, pues…..llegó la crisis.
No estoy diciendo que nos mientan, pero estaría bien si se dieran cuenta que hablar sólo porque piensan que tienen que decir algo es peor que quedarse calladitos.
Supongo que es demasiado pedir.
Vía | Europa Press
En El Blog Salmón | Así se hunde la economía mundial y ¿Ha caído EEUU en la trampa de liquidez?
Imagen | Malkav