La empresa minorista de la web, Amazon, está anunciando que puedes comprar un libro y leerlo en el lugar que quieras y con la tecnología que quieras. Esta oferta me recuerda un artículo que escribí hace años en estas páginas titulado “¿Cuántas veces hay que pagar por una canción?“ donde cuestionaba la práctica de las discográficas de cobrarnos canciones repetidas veces, haciendo que pague por la misma canción tres o cuatro veces, sólo por que las lanzan en un nuevo formato tecnológico.
Como dije entonces:
...las nuevas tecnologías han afectado mis desembolsos. Comenzando con los discos (¿alguien recuerda esos?), pasando a los cassettes (cuando salieron los Walkman), a los CDs y, ahora, las bajadas de la web
La prensa escrita también cometió este mismo error. Recuerdo el ejemplo del periódico, Financial Times, cuando anunció su página web y, si querías leer su periódico en la web, tenías que pagar una subscripción, ya que siempre ha sido una página de pago. Incluso los que subscribíamos al periódico teníamos que pagar subscripción para ver el contenido en la web y ni nos ofrecían descuento. No se si ahora ofrecen descuentos a los que subscriben al periódico ya que no subscribo ni al periódico ni a la página. Otro más que quería aprovecharse de la tecnología para cobrar más por el mismo contenido, y no es el único.
Ahora que el mercado se ha sublevado en contra de las discográficas, estas se han molestado y están movilizando a sus amigos políticos alrededor del mundo para que les resuelvan el problema y, políticos siendo políticos, canon, represión y restricción son las soluciones que han encontrado.
Por eso me llamó la atención el reconocimiento de Amazon que, con los libros que venden, lo que está vendiendo es contenido que queremos leer y qué tecnología utilizamos para hacerlo debería ser indiferente y, si permite la máxima flexibilidad para consumir ese contenido, venderá más.
En estos tiempos modernos de crisis y de avances desenfrenados en tecnología, todas las empresas deben repensar cuál es su negocio de verdad. Los editoriales de libros en el pasado gastaban más en la imprenta, almacenaje y logística del negocio del libro pero su negocio real es el cuidado y desarrollo de artístas llamados escritores. Deben reforzar lo que son y hacerlo más y mejor.
Amazon lo sabe y ahí les vemos creciendo su negocio, incluso en estos tiempos.
En El Blog Salmón | El Canon Digital es ilegal, qué bien suena y ¿Cuántas veces hay que pagar por una canción?