Ya hemos visto las declaraciones de Mariano Rajoy y también hemos conocido los ingresos de Rubalcaba como parlamentario. 55.849 euros en 2012 y 11.380 euros en dietas. En el caso del presidente, no sabemos la cuantía de sus dietas, que supongo muy elevada también, pero aquí queda cada vez más claro que las dietas en los políticos se usan como un salario neto opaco para el IRPF y que por supuesto no está sujeto a control alguno.
Si comparamos las dietas de nuestros políticos con las dietas de cualquier trabajador por cuenta ajena, tenemos 3 diferencias sustanciales, que generan un uso salarial de las dietas en el caso de los políticos, tal y como vamos a ver: Las dietas están limitadas en cuantía por el Reglamento del IRPF (en torno a los 70 euros/día en el mejor de los casos) limitación que no es extensiva en los políticos. Para el pago de dietas en los trabajadores se deben seguir las siguientes reglas:
- Se pagan dietas si el trabajador presta sus servicios laborales fuera del centro de trabajo.
- El trabajador realiza pernocta en una ciudad diferente a la que tiene su residencia habitual.
- El pagador de las dietas deberá acreditar el día y lugar del desplazamiento, así como su razón o motivo.
Por ejemplo, un trabajador de Madrid (Rubalcaba, Rajoy o Toni Cantó por ejemplo), que trabaja en una empresa con centro de trabajo em Madrid (El Congreso de los Diputados en este caso) no podrían recibir dietas de alojamiento en Madrid ni tampoco dietas por manutención si no se ha desplazado fuera de la localidad de su centro de trabajo. Además, en el caso de los que si las reciben, si superan los límites exentos, después de justificar el gasto, tienen que tributar en el IRPF.
Por contra, todos los cargos electos, desde el Presidente del Gobierno al último concejal, cobran unas cantidades en dietas, que nada tienen que ver con las dietas del resto de los trabajadores y se usan de manera indiscriminada para evitar la tributación.
Un concejal de un pueblo que cobre 120 euros en dietas por asistir a un pleno, no está cobrando una dieta, está cobrando un "salario" y como tal, debería estar sujeto al IRPF. Y este razonamiento es equivalente para todos los parlamentarios de más nivel, que usan la dieta para pagar sueldos opacos a todos los niveles. Una vez tengamos claros los salarios reales, es decir, pagos sujetos + dietas de nuestros políticos, podremos hablar con precisión sobre las limitaciones salariales y sobre su baremo salarial respecto el sector privado o los políticos extranjeros de nuestro entorno.
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