Los productos israelíes están sufriendo un boicot debido a las actuaciones del gobierno de Israel en la franja de Gaza. Básicamente se dedican a boicotear aquellos que simpatizan con la causa palestina. Boicotear al estado de Israel o sus empresas no es nada nuevo. Pensemos por ejemplo en SodaStream. La empresa vende maquinas par hacer refrescos carbonatados en casa, así como los elementos necesarios (gas y sirope). Como tienen instalaciones en territorio palestino, han sido boicoteados, pero el boicot de ahora es un tanto diferente.
Intentar boicotear no sólo las empresas y productos israelíes, sino también aquellas empresas que tienen intereses en Israel o que colaboran con la causa sionista. Obviamente esto es algo complicado, ¿si un supermercado vende productos israelíes ha de ser boicoteado? Si una empresa es contratista de un ayuntamiento de Israel ¿ha de ser boicoteada? ¿A unos artistas? Se vuelve bastante complicado lo de saber a dónde queremos llegar.
El impacto del boicot
En los tiempos de redes sociales hace bastante fácil compartir listas de empresas a boicotear, sólo hace falta poner una imagen en Facebook o Twitter. Pero ahora también hay incluso una aplicación para el móvil que permite saber si está en la lista o no de las empresas boicoteables.
Quién ha elaborado la lista y los criterios para incluir a cada empresa es bastante oscuro. Por ejemplo en algunas listas se incluye a Starbucks por un premio que se le ha dado a su fundador por parte de una organización sionista. ¿Es motivo válido para dejar nuestro café caro?
Es muy complicado estimar el impacto de este boicot. Primero porque no hay números y segundo porque es relativamente reciente. Tampoco creo que las empresas incluidas estén dispuestas a dar datos. Si ponemos por ejemplo el boicot al cava catalán de hace unos años (limitado a un producto de una región y de un país), las ventas disminuyeron entre un 6 y 8%.
En cambio si hablamos de productos israelíes o de empresas con intereses en Israel, es más complicado. No parece que haya muchas estadísticas, se habla de que una reducción de las ventas a la UE de un 20% puede significar unas pérdidas a la economía israelí de 5.7 millardos de dólares.
Por otro lado, el boicot a veces se limita a los productos y las inversiones en los territorios que están más allá de la línea verde (las fronteras entre el armisticio de 1949 y la guerra de los seis días de 1967). El gobierno británico no recomienda invertir más allá de la línea verde por la inseguridad jurídica o hay quién busca boicotear solamente a los productos de estas zonas, por ejemplo los productos agrícolas o la mencionada anteriormente SodaStream cuya fábrica está más allá de la frontera.
Boicot como causa
Probablemente una de las situaciones que suceden es que muchas veces da la sensación de que el único modo del que podemos influir en la política y en las empresas es utilizando nuestro bolsillo y la lista de la compra. Por ese motivo creo que los boicots se van a convertir cada vez en más frecuentes en la sociedad y en la economía.
Esto no es una buena noticia para muchas empresas, que ya empiezan a ver que pierden clientes no ya por hechos objetivos (por ejemplo el uso de determinados productos químicos perjudiciales), sino por leyendas urbanas, como es el caso de Tommy Hilfiger o de rumores sobre cadenas de comida rápida. Sobre este tipo de cosas les cuesta bastante actuar, porque no es algo que deban de corregir en su proceso productivo, sino de algo que no son capaces de cambiar porque nunca lo han hecho.
Si sucede que por otro lado como consumidores podemos intentar cambiar las cosas. Por ejemplo yo no viajo con determinada compañía aérea porque no me gusta su política de trato de pasajeros (alguna vez he dado rodeos de un centenar de kilómetros) o no me gusta comprar a esas empresas que consideran la venta agresiva (llamando a casa todos los días) como parte de su negocio.
Pero para mí el gran dilema es sobre qué debe hacer una empresa cuando es boicoteada por un motivo de estos y no va a cambiarlo. ¿Es mejor ignorar el hecho, esconderlo o contraatacar? Un caso reciente fue Coca Cola con el cierre de fábricas de Iberian Partners (su embotelladora) optó por mantener un perfil bajo y acabar con la campaña de los nombres en las latas ¿tomaron la mejor opción?
En El Blog Salmón | Carrefour, la globalización, los valores y el boicot y La Noria vs Pablo Herreros y cómo el chantaje de boicot arrodilla a las empresas
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