La empresa consultora, Edelman, lanza su último barómetro sobre la confianza de los ciudadanos en las empresas, los gobiernos, las organizaciones no gubernamentates (ONGs) y los medios de comunicación en 25 países, como parte de la reunión anual del Foro Económico Mundial (FEM), mencionado hace unos días y que se inició hace poco.
La primera conclusión que nos dan es que los políticos han sufrido mucho en la confianza que inspiran por los desastres económicos del 2011, bajando al 43% del 52% anteriormente. En Francia, España, Brazil, China, Rusia y Japón, la confianza en los políticos ha bajado más del 10% y, en 17 de los 25 países encuestados, la confianza que inspiran los políticos se sitúa por debajo del 50%. Además, los portavoces de los gobiernos inspiran aún menos confianza, con el nivel de confianza situada en 29% y más de la mitad de todos los encuestados admiten que no se fían nada de lo que les dicen los líderes políticos.
El mundo empresarial también ha visto bajadas en la confianza que inspiran, de 56% al 53%, reducción bastante menor del que sufrieron los políticos, aunque Francia y Alemania vieron reducciones de confianza de los empresarios de más del 10% y, por contrario, en China el nivel de confianza del mundo empresarial ha subido del 61% al 71%. Los Consejeros Delegados en general han bajado del 50% al 38%, es decir, su credibilidad está al nivel de los políticos.
Una año más, las ONGs son las más fiables y las que más han subido en confianza son las redes sociales, los micro blogs y las páginas que comparten contenido, con subidas de 88%, 86% y 75%, respectivamente.
A pesar de las conclusiones que nos dan de que los que menos confianza inspiran son los políticos, la realidad nos dice que eso no es cómo las personas reaccionan. Los primeros en la lista de los ciudadanos de los que deben actuar para sacarnos de los líos en que nos encontramos son los políticos y los reguladores. Está claro que, en general, se busca que los políticos tomen cada vez más protagonismo en la gestión de nuestras economías y de devolvernos a la senda de crecimiento sostenible. Por eso dominan las llamadas de que las políticas económicas de los países deben crecer su protagonismo en las economías, ese es el resultado de pedir más gasto público y criticar los que pedimos que las cuentas públicas sean más sostenibles, que igualen los gastos y los ingresos.
Es decir que, los principales responsables de las crisis financiera, los políticos y los reguladores, son los que más se busca que gestionen la salida de esa crisis. Una cosa es decir que no te fías de alguien y, al mismo tiempo, querer que ese mismo alguien tome las riendas de nuestra salvación en los momentos más complicados. Digan lo que digan, no es posible demostrar más confianza en alguien.
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