Esto es lo que pensé viendo la pelea que se ha estado librando este fin de semana durante las reuniones de la G20 en la ciudad canadiense de Toronto. No estoy hablando de los disturbios anti-capitalistas que se vieron en las calles pero de las discusiones que se vieron entre los distintos líderes.
Hace ya 65 años que los Estados Unidos ha criticado a los países europeos por sus políticas de gasto estatal y de intervención activa en las economías y en el sector privado.
Ahora que ha llegado la última crisis y los papeles han cambiado. Es verdad que casi todos estuvieron de acuerdo (me excluyo) con las respuestas iniciales cuando estalló la crisis, de gastar de forma indiscriminada cantidades que tenían tantos ceros que salían de nuestras calculadores. Luego, cuando la conclusión lógica de estos gastos indiscriminados nos cayeron encima, altos déficits públicos y creciente deuda pública, se empezaron a ver las diferencias en la forma de responder a estas conclusiones lógicas.
Las reacciones de los últimos 65 años se han invertido. Ahora los Estados Unidos está diciendo que no es el momento de preocuparse de la intervención estatal en el sector privado, de los altos déficits públicos y de las crecientes deudas públicas ya que el problema de crecimiento y de alto desempleo es mucho más importante y que los gobiernos deben continuar en el mismo camino que ahora.
Por contrario, en Europa hemos estado oyendo algunas voces que quieren dan marcha atrás a los pasos tomados hasta ahora. Con tanto déficit público y creciente deuda pública han visto la necesidad de cambiar de política económica.
Cuando estalló la crisis los gobiernos decidieron que, para volver al crecimiento, volver al consumo, eliminar la incertidumbre y reducir el desempleo los gobiernos sólo tenían que gastar, gastar y gastar. Años después y tras muchos millones de millones gastados con los resultantes e inevitables déficits públicos y crecientes deudas públicas, el gobierno estadounidense sigue fomentando más de lo mismo. Años después y todavía no se han dado cuenta que ese camino no está funcionando.
Afortunadamente, hay líderes responsables en Europa, pocos eso si, que saben que el despilfarro indiscriminado, déficits públicos y crecientes deudas públicas sólo nos llevan a más de lo mismo y que los gobiernos no son los que nos van a resolver el problema de crecimiento y de empleo.
El Presidente Obama ha ingerido y digerido el planteamiento del mesías de despilfarro, el profesor Krugman, de acuerdo con algunos de mis compañeros de página, que ya sólo critica a los europeos por ser tan inconscientes de no seguir las recetas de su cocido económico caducado.
¿Y por qué lo del título? Porque en una reciente Encuesta en estas páginas, hace poco, vimos que la mayoría de los lectores de El Blog Salmón que votaron quieren seguir con los gastos y quieren que el gobierno se preocupe de reducir el desempleo, supongo que con más funcionarios, ya que son los únicos empleos que los gobiernos crean.
Vía | BBC News (en inglés) En El Blog Salmón | La Agenda propuesta de la OCDE para la siguiente G20 y La Agenda propuesta de la señora Merkel para la siguiente G20