Cuando una entidad financiera otorga un préstamo hipotecario sobre un porcentaje del valor de tasación del inmueble a hipotecar, indirectamente espera que en términos medios el valor de dicho inmueble pueda caer hasta ese porcentaje, de manera que se cubre de una posible caída de precios.
En los años dorados del ladrillo, era muy común que propuestas sobre préstamos hipotecarios se aprobasen con una financiación superior al 100% del valor de tasación de los inmuebles, incluso al 115%, con ‘financiación’ extra para sufragar los gastos de la compraventa, la adquisición de muebles y electrodomésticos, e incluso la compra de un nuevo automóvil. Eran tiempos de alza de precios, y este tipo de operaciones comportaban muy poco riesgo para las entidades finacieras.
Con el estallido de la ‘burbuja inmobiliaria’ las cosas han cambiado mucho, y los bancos y cajas empezaron a cambiar sus políticas de concesión de créditos volviéndose mucho más selectivas, siendo muy difícil que otorgasen un crédito hipotecario por un montante superior al 80% del valor de tasación.
En los últimos meses, según datos de la institución que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el préstamo hipotecario medio para la nueva ‘producción crediticia‘ en el mercado español se sitúa en torno al 62% del valor de tasación, dejando entrever que las entidades prestamistas se están ‘cubriendo’ de posibles caídas adicionales de los precios de la vivienda. Esta información puede confundirse con el seguimiento de una estrategia prudente para evitar los excesos que se producieron en años pasados, pero en realidad, están anticipando caídas de precios mucho mayores, cercanas al 40%, porque aún los precios de mercado son muy similares a los niveles pre-crisis.
Qué opinan, ¿las entidades son más prudentes, o simplemente se están preparando para el verdadero ajuste inmobiliario?
Vía | Cinco días
En El Blog Salmón | El stock de viviendas no desaparecerá antes de enero
Imagen | dierkschaefer