Siguen los datos negativos de la crisis en EEUU. En enero se destruyeron cerca de 600.000 puestos de trabajo, con lo que la tasa de paro se sitúa en el 7,6%, la cifra más alta en 34 años. Es el ritmo de destrucción de empleo más rápido desde 1974, y lo que es más preocupante, si nos fijamos en los últimos doce meses hay que remontarse al final de la Segunda Guerra Mundial para ver una destrucción de empleo tan fuerte.
Y esto es una malísima noticia. La economía de EEUU arrastra al mundo. Su crisis del ladrillo ha arrastrado a todo el sistema financiero mundial, y su alto desempleo se traducirá en una menor demanda que afectará a nuestras exportaciones. Como digo, es una mala noticia.
Y lo más preocupante del asunto es que la Industria se está llevando la peor parte. Y esto significa que la crisis ha afectado de lleno a la “economía real”. Se vende menos, se fabrica menos, se necesitan menos trabajadores. Es posible incluso que si el sector inmobiliario se recuperase (cosa bastante probable después de unas fuertes caídas de los precios), la economía no lo haga. Y no ya por el sector financiero, sino porque la crisis se ha expandido fuera de ahí.
Todavía no hemos tocado fondo.
Vía | El País, El Economista
Imagen | uhuru1701