El Pocero vende su yate, por 58 millones de euros. Lo cual aparte de ser un buen titular para la prensa rosa es un botón que muestra el fin de una era. El fin de la era del ladrillo.
Obviamente Seseña no era solo la burbuja inmobiliaria, existen muchos más lugares donde se construyeron auténticas burradas por toda la geografía española. Seseña era simplemente el caso más llamativo por el tamaño y por la atención que despertaba Francisco Hernando.
No obstante todavía quedan aquellos que parecen seguir anclados en los buenos tiempos, como si la salida de la crisis pasara porque volviéramos a construir cientos de miles de viviendas cuando con el stock actual ya sobra. Ahora toca reinventar toda la economía, pagar las deudas y seguir hacia delante. Por desgracia da la sensación que muchos siguen empeñados en vivir en el pasado.
Peor para ellos, no serán los que estén en una buena posición en el futuro. Puedo entender que no lo asuma el señor Hernando, cuesta pasar dejar de ser el centro, pero lo malo es que muchos de nuestros políticos y demás líderes todavía no parecen haber asumido la decadencia del Pocero.
Vía | El Mundo