Silicon Valley y las grandes empresas tecnológicas tienen en la igualdad un reto importante. La presencia masculina ha sido y es, tradicionalmente, mucho mayor. Los dos últimos 'gigantes' en admitirlo son Google y Yahoo, que han salido a la palestra para mostrar los datos: en torno a un tercio de sus numerosas plantillas es lo que representa la mujer.
El pasado mes de mayo era Google quien sacaba a relucir un informe sobre el reparto por sexos de su plantilla. Un 30% eran mujeres y el resto hombres. "No estamos donde queremos estar en lo que se refiere a la diversidad", advertía la compañía en un estudio publicado por la compañía en su web.
Pero, ahora, ha sido Yahoo, liderada por una mujer, Marissa Mayer, quien muestra los entresijos de su plantilla: un 37% de los más de 12.000 trabajadores de la compañía son mujeres y sólo un 23% de los directivos 'senior' son mujeres. Hace unos días también hacía lo propio Linkedin, que con 5.400 empleados sumaba casi un 40% de mujeres en sus filas.
En esta apuesta por la transparencia, falla, tal y como recuerda el New York Times, la red social Facebook. Su número 2, Sheryl Sandberg, una activista en pro del liderazgo de las mujeres en las empresas, se negó a compartir esos datos públicamente. Eso sí, el año pasado se inició en la compañía de Palo Alto un programa para incrementar la presencia de colectivos minoritarios en su plantilla.
¿Es mucho o poco?
El paso dado por Google es importancia hacia una mayor transparencia en este sentido. Pero, la pregunta es: ¿La proporción es escasa? Claramente, sí. "Las mujeres son la mitad de la población del mundo; nosotros tenemos que incrementar su participación en la ciencia de la computación y mantenerlas en Google en el camino hacia el liderazgo", explicaba la compañía del buscador.
Es cierto. Pero unos días después de esa presentación, CNN Money también señalaba en un reportaje un dato revelador: la menor proporción de mujeres con formación en ciencias de la computación. De hecho, citaba datos oficiales que señalaban que un 17% de los estudiantes universitarios que elegían esta rama eran mujeres. Entre los graduados, sólo había un 13% de ellas (en 1984 era el 37%).
Fructífero debate
Pese a que los datos distan mucho de esa igualdad, es evidente que resulta sano poner sobre la mesa estos debates. Pero con cifras. "La conversación sobre este tema y la acción puede sólo ocurrir si existe una base y si hay transparencia en primer lugar", advertía con mucha razón uno de los portavoces de la red social profesional Linkedin.
Es cierto. Que empresas como Google den el paso para compartir el reparto de su plantilla y hagan visible esa desigualdad es un primer paso. Primero para que otras empresas, como Yahoo o la propia Linkedin, den el paso de darlo a conocer. Y segundo como primer paso para contribuir a esa igualdad.
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