Se ha estado hablando mucho sobre los altos déficits públicos y sobre las altas deudas estatales y muchas veces se habla de la sorpresa que estos hayan llegado a niveles tan altos tan rapidamente. Ahora parece que se está hablando de la sorpresa de que el Banco Central Europeo (BCE) está en situación complicada, porque ha comprado mucha deuda, no sólo de Estados europeos pero también de bancos, y parece que su cartera está a tope. Lo que más me sorprende es la sorpresa de que lleguemos a estas situaciones extremas.
Como he hablado en estas páginas muchas veces, las palabras tienen consecuencias y las medidas también. Con tanto hablar de crisis, tanta prensa y tanta televisión, la gente normal actuó como deben, es decir con cautela, moderando su actividad y minimizando sus actividades económicas, acentuando las dificultades. Llega la crisis y los interesados y enchufados gritan crisis, necesidad, quiebra y fin del mundo y los políticos, los pobres que no tienen ni idea de qué hacer, cumplen con sus órdenes.
Empiezan a gastar y gastar y ahora nos encontramos con muchos sorprendidos de que los déficits estén tan altos y de que las deudas públicas de los Estados han llegado a niveles insostenibles. Parece que hay sorpresa que gastos desenfrenados llegan a deudas desenfrenadas y no importa que algunos gritamos alto y claro que esto será la consecuencia inevitable.
Durante este tiempo, el BCE también empieza a comprar deuda de los Estados y de los bancos para facilitarles liquidez que, como los bancos no son tontos, se desprendieron de sus peores deudas. Ahora encontramos a muchos sorprendidos de que el mismísimo BCE puede estar al borde del colapso y con falta de liquidez. Mi compañero, Marco Antonio, nos comenta en estas páginas Cómo el BCE se convirtió en vertedero de toda la basura bancaria europea y dice que la BCE “compró en secreto miles de millones de euros de activos riesgosos” y lo único que diría es que, no sólo no era tan secreto, era predecible que los bancos le pasarían sus deudas más cuestionables para quedarse con los de más calidad.
Después de todo lo que hemos visto, todavía existen los que proclaman sorpresa de que estamos con altos déficits públicos, con altas deudas públicas, con Grecia continuando en dificultades incluso después de haber recibido ayudas europeas y del FMI, y que el BCE ahora está en dificultades. La alternativa es que estos sorprendidos son como el Captain Louis Renault en la película Casablanca cuando decide cerrar el Café Rick’s y sale diciendo: “I am shocked, shocked to find that gambling is taking place here”, y justo después le pasan sus ganancias, es decir, las protestas de sorpresa no son nada creíbles.
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