Como bien ha explicado mi compañero, Marco Antonio, hace poco en estas páginas, acaba de salir el Informe del Financial Crisis Inquiry Comission, FCIC, creada en 2009 para estudiar las causas de la crisis financiera. Dicen que es un intento de entender lo que pasó y qué condiciones existían y se desarrollaron que nos llevaron al estallido de la crisis.
Se supone que si se entiende lo que pasó, se aprenderá y se harán las cosas mejor en el futuro. Se supone, pero desde el principio se han hecho análisis muy parciales e interesadas y, con eso, no llegaremos a aprender las lecciones reales de lo que pasó de verdad. Incluso con el banco de inversión estadounidense, Lehman Brothers, que muchos dicen que su caída fue el causante del estallido de esta crisis financiera, el análisis de qué paso deja mucho que desear. Por eso he escrito en estas páginas "Lehman Brothers: ¿qué pasó de verdad?" y, viendo las conclusiones principales del Informe del FCIC, está claro que sus miembros no lo han leído. Las conclusiones que nos dan en el Informe son las siguientes:
- La crisis era evitable.
- Los fallos generalizados en la regulación financiera y supervisión resultaron ser devastadores para la estabilidad de los mercados financieros de la nación.
- Los fracasos del gobierno corporativo y de la gestión de riesgos de muchas instituciones financieras fueron las principales causas de esta crisis.
- La combinación de un endeudamiento excesivo, las inversiones de riesgo, y la falta de transparencia pusieron al sistema financiero en camino de colisión para la crisis.
- El gobierno no estaba preparado para la crisis, y sus respuestas incrementaron la incertidumbre y el pánico en los mercados financieros.
- Vivimos una ruptura sistémica en la responsabilidad y la ética.
- El colapso de las normas de los préstamos hipotecarios y la titulización hipotecaria encendió y propagó la llama del contagio y de crisis.
- Los derivados financieros contribuyeron de forma importante a la crisis.
- Vimos fallos de las agencias de calificación.
Hacia el final del Informe, analizan tres áreas importantes de fallos del gobierno y de los reguladores, que son los siguientes:
- La disponibilidad de capital y el exceso de liquidez.
- El papel de Fannie Mae y Freddie Mac.
- La política de vivienda del gobierno.
Estas fallos fueron críticos para llevarnos a los problemas que vimos y controlarlos estaba en manos de los políticos y de los reguladores, por lo menos los están comentando.
Culpando principalmente a los políticos y a los reguladores no quiere decir que no hay otros para repartir. No obstante, si no entendemos cómo funcionan los mercados financieros, no sabremos regularlos como es necesario en un sistema moderno, rápido y muy cambiante.
Cada participante en los mercados financieros está mirando su situación directa, su negocio y sus beneficios. No está pensando en el mercado en general ni en su desplome, para eso están los reguladores, para analizar los impactos sistémicos. Por otra parte, culpar al egoísmo es como culpar al hambre por la muerte de tantos terneros. Es lo que es y, para que no se molesten algunos, cuando digo que es no digo que lo estoy fomentando.
Suena bien culpar al egoísmo, pero hay que recordar que entre los que más utilizan esa palabra son los que quieren ofuscar y desviar atención y, así, miramos en otras direcciones.
Si cuando Alan Greenspan dijo que los mercados estaban sufriendo exuberancia irracional en las bolsas, a finales de 1996, en los préstamos inmobiliarios, después en las hipotecas sub-prime, si cuando ven a los bancos actuando con actividad agresiva excesiva, los reguladores sólo tienen que aumentar el nivel de capital para operaciones designadas como arriesgadas y, por el efecto multiplicador, frenan de forma tajante esas actividades. Además, sólo tienen que poner freno a la excesiva liquidez a través de sus herramientas monetarias y subiendo los niveles de interés. Si lo hacen bien, frenan la especulación en seco.
La reacción que vimos de los reguladores fue exactamento lo contrario, la aprobación de nuevos y más complicados productos financieros y la ligereza en las exigencias de capital, permitieron al sistema financiero continuar en su fiesta.
Luego, los políticos y los reguladores se lucieron por su incompetencia cuando estalló la crisis. En vez de penalizar a los participantes financieros por dejar libre su egoísmo hasta la saciedad, por fracasar en su buen gobierno y en su gestión de riesgos, llevando a sus empresas y bancos al borde del precipicio, no les dejaron caer, les premiaron. Lo que hicieron los políticos y los reguladores es sucumbir a las presiones de estos mismos participantes para que les salven de sus errores con dinero público. Salvaciones que muchos felicitaron en nombre de no permitir el desplome de las economías y que yo he criticado desde el primer momento, incluso he demostrado cómo se pueden dejar caer a bancos cuando están mal. Se puede hacer y se debe hacer.
En En Blog Salmón | El reporte final: la codicia y la incompetencia crearon la crisis financiera, Los culpables principales de la crisis, probamos otra vez y La culpa es de los bancos centrales Imagen | Hans S