En estas páginas, siempre que hablo de que hay que subir algún impuesto recibo bastantes comentarios explicando por qué no es buena idea y, aunque estoy de acuerdo que una economía debe andar con el mínimo nivel de impuestos posible, en estos momentos, se necesitan más ingresos y lo que hay que debatir es de donde mejor recaudarlos. Los impuestos que prefiero son los que penalizan la actividad nociva e insalubre. Ejemplos de estos son impuestos sobre la gasolina, por conducir en las ciudades, por conducir camiones, por contaminar, por aparcar, por infringir las leyes, etc. Ya lo estamos viendo, como dice Javier en estas páginas, Madrid se plantea cobrar por usar sus carreteras. Repito lo que dije en estas páginas hace no mucho, necesitamos más afán recaudatorio.
En estos momentos de necesidad de equilibrar los presupuestos, estamos sufriendo subidas de impuestos y bajadas de gastos y, ya que estamos en este entorno, debemos subir los impuestos y bajar los gastos que menos perjudican y que más bien hacen.
Por eso, no sólo necesitamos más afán recaudatorio para que paguen más los que infringen las leyes, pero necesitamos más IVAs especiales para desincentivar las actividades nocivas y perjudiciales. Para acercarnos a eso, propongo impuestos mucho más altos para los siguientes:
- Alimentación con niveles altos de:
- Grasas
- Sodio
- Azucar
- Bebidas gaseosas
- Cualquier producto designado como malo en su caracterización de los nutrientes.
- Tabaco
- Alcohol
Estos productos y muchos más siguen la fórmula que se ha seguido con tabaco desde hace mucho y por eso vemos, como dice Remo que por cada euro que te gastas en tabaco, 84 céntimos son impuestos y hay mucho dinero en juego. Con las cuentas públicas como están, hay que subir más. Para la caracterización de los nutrientes, se debería formar un comité de expertos, no integrado por los fabricantes de alimentación, para definir los niveles de nutrición de la alimentación.
El año pasado, Dinamarca introdujo un impuesto sobre productos alimentarios considerados altos en grasas, con el objetivo de mitigar su consumo y mejorar la salud del pueblo. En este caso, el impuesto se carga a los fabricantes y ellos verán cómo pueden recaudarlo en subidas de los precios, si pueden. Este tipo de medida tendrá varios resultados positivos, subirá ingresos o bajará el consumo y se ahorrará en gastos de salud, o una combinación de los dos.
Está claro que recibiré comentarios criticando que el papá Estado no puede estar mimando al pueblo y controlando lo que hace, ya que todos somos mayorcitos. Estoy de acuerdo y por eso no propongo la prohibición de estos productos, pero también ya somos mayorcitos para pagar el coste total de nuestras acciones, incluyendo los costes médicos futuros de un estilo de vida perjudicial. Los que quieren pueden seguir consumiendo lo que quieran, eso si, a un precio más ajustado a sus costes globales.
Medidas que mejoran la salud a largo plazo son muy necesarias, especialmente ahora que estamos en situación económica complicada y no hay dinero para cubrir las necesidades, por eso se está viendo tantas especulaciones sobre el copago, como ha comentado Alejando ayer. Además, el progresivo envejecimiento de la población incrementará estas presiones fiscales, con o sin crisis.
En El Blog Salmón | Los precios de la luz y del tabaco van para arriba y Algo no cuadra en las previsiones de ingresos de los Presupuestos Generales 2012
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