Hace unos días las autoridades financieras estadounidenses decidieron no inyectar aún más cantidades billonarias en una entidad financiera de ese país para salvarle. Eso eran noticias importantes, ya que no se ven muchos rechazes.
Decidieron que el plan de recuperación de CIT Group no convencía y que el contribuyente no podía continuar soportando otra financiera más que seguía amenazando con la suspensión de pagos.
Como se estableció en 1908, supongo que pensaban que tenían más derecho que otros de continuar sobreviviendo.
Como resultado de la decisión de no concederles ayuda y siguiendo la lógica de los comentarios de los directivos de CIT Group, el siguiente paso debería haber sido el anuncio de una suspensión de pagos.
Sin embargo no vimos eso. Lo que vimos es que los accionistas de CIT, que esta vez no triunfaron sobre los contribuyentes, decidieron aumentar capital ellos mismo, para no tener que suspender pagos y potencialmente perder todo.
Los accionistas de CIT acaban de aprobar un préstamo de $3.000 millones (€2.100 millones) para darle tiempo a resolver su situación financiera.
Me parece bien que CIT intente resolver su situación y que sus accionistas le hayan dado la liquidez que estimaban necesario para darle el tiempo para cumplir su rescate. Es su empresa y es su decisión.
Me parece menos bien que intentaron la jugada de sacarnos el capital necesario de nosotros los contribuyentes, para que ellos, los accionistas, se beneficien de la salvación de su empresa a costa de los fondos del presupuesto del Estado.
En este caso la jugada no funcionó, pero en muchos casos si ha funcionado y sigue funcionando. Por eso algunos en esta página, seguimos denunciando estos rescates ya que no queremos sacarles las castañas a las empresas privadas, bancos y no bancos.
Muchos accionistas de bancos y empresas privadas ya han recibido billones de capital y liquidez de los contribuyentes de muchos países, con sólo el grito de socorro de unos enchufados a sus amigos en los ministerios.
Este es un caso de lo que algunos de nosotros decíamos que pasaría, si no les diéramos lo que piden. Se buscan la vida y hacen lo posible para salvarse, para no perder todo lo que tienen, como queda demostrado en este caso.
A ver si esto enseña a los que no se han enterado de cómo va la jugada que no hay que ceder a chantajes de empresas privadas sólo porque gritan muy alto y amenazan con echar a su gente a la calle, que para políticos son argumentos que suelen funcionar muy bien.
Y si se les inyecta capital, que sea con la pérdida de los accionistas de todas sus inversiones. Verás cómo se lo piensan dos veces antes de pedir al gobierno.
Vía | Finanzas y BBC News (esta en inglés)
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