El verano está en su apogeo y hoy comienza el mes por excelencia de las vacaciones en España, agosto. Sin embargo hay un tema de conversación que se repite una vez y otra y es lo caro que está todo este verano. Y no es una simple ilusión, los precios de las vacaciones se han disparado.
La pandemia golpeó fuertemente el turismo pero este ha resurgido con fuerza. De hecho lo que quedó por recuperarse en 2022, el turismo internacional, lo ha hecho este 2023. Y este es uno de los motivos por los que todo está tan caro.
No es una ilusión: las vacaciones se han vuelto muy caras
Es cierto que los precios han subido en general. Pero si desde junio de 2019 lel IPC ha subido un 15%, los precios de los hoteles lo han hecho un 25% (según el IPH recogido por el INE). Una subida mucho más fuerte en unos conceptos que claramente son ya de por si importantes cuando se planifican las vacaciones.
Esto sumado a que los gastos de muchos hogares están ya tensionados por la inflación y el aumento del Euribor ha hecho que la única forma de contener el gasto vacacional sea reducir el número de días que los españoles irán a la playa. Las historias que se cuentan pueden ser anecdóticas, pero indican una tendencia.
El número de turistas extranjeros se recupera con fuerza
Uno de los motivos para el incremento de precios es, sin duda, el turismo extranjero. Antes de la pandemia, en 2019, España recibió 83,5 millones de turistas. La serie de récords se truncó en la pandemia, pero ya en 2022 volvimos a superar los 70 millones. En 2023 se espera rozar el récord de 2019, pues en mayo ya llevábamos 42 millones.
Si estos turistas se le añaden los excursionistas (es decir, aquellos que no hacen pernoctaciones) en 2019 tuvimos 126 millones de extranjeros que visitaron España. Estos no incrementan la presión de los precios hoteleros pero sí los precios generales de los servicios cercanos, sobre todo cerca de la frontera con Francia.
Al final nos tendremos que ir a sitios más baratos
Los números son de escándalo para un país con 47 millones de habitantes. Estamos ante un fenómeno económico muy significativo. Y además los visitantes vienen de países con un poder adquisitivo mayor, lógicamente. Nuestros precios les parecen baratos.
Al igual que en ciertas zonas la viviendas se ha convertido en inasumible para los nacionales debido a la presión de compra de los turistas extranjeros (no hay más que mirar las Islas Baleares, Ibiza especialmente), está ocurriendo algo similar con el turismo.
El éxito de España como destino turístico internacional puede acabar expulsando, por precio, al turista nacional. Al final la presión de precios va a limitar a los nacionales al turismo interior o buscar destinos más económicos como Argelia o Marruecos, aunque si requiere desplazamientos en avión siempre será un coste añadido.
Definitivamente tenemos un problema de difícil solución. Como todo en esta vida, o logramos aumentar la renta per cápita de los españoles, que lleva estancada década y media o tenemos un asunto más que acabará llegando al debate nacional.