No hay buenas noticias desde Japón. Y aunque algunos de los lectores minimizan los hechos pensando que lo que ven es una superproducción de Hollywood (tipo Spielberg o Lucas), lo cierto es que detrás de este gran drama hay gente. Seres humanos que sufren. Las plantas nucleares (para quienes aún las siguen defendiendo) continúan despidiendo radiación y ya hay varias zonas contaminadas. La nube radioactiva se dirige hacia Tokio y espero que ésto sea suficiente para poner de una vez por todas el pie en el freno a ese juguete mortal de las plantas nucleares. Es tremendo pensar que el sismo de 9.0 grados que azotó Japón fue sólo el comienzo de las calamidades. Después vino la pesadilla del tsunami, y ahora la comedia que no acaba de las plantas nucleares.
De acuerdo a los datos que entrega (cuando está en pie, porque se cae constantemente), el System for Prediction of Environment Emergency Dose Information (SPEEDI) de Japón, una publicación de radiación gamma en linea, varias ciudades niponas se encuentran con niveles de alta radioactividad, como Kounusu Naka, con 3.024 nGy; Kadobe Naka: 2.416 nGy; Isobe Hitachioota: 1.213 nGy. Es curioso que el sistema no entregue los datos de Fukushima (donde se encuentran las plantas nucleares), pero esto demuestra que en Japón también hay censura y falta de transparencia. La radiación gamma normal que es tolerable para nuestro sistema humano está en los 80 nGy. Esto indica que los niveles de radiación son 37 veces más altos.
¿Merecemos terminar como chicharrones por la desmedida ambición de las grandes corporaciones energéticas? ¿Cuales son los problemas que impiden aprovechar la abundante energía solar que hay en nuestro planeta? Creo que hay muchos temas que han sido tibiamente abordados por la codicia de unos pocos y ya viene siendo hora de que la humanidad aprenda de que no se puede jugar a los dados con la vida de la gente. El cambio climático tiene mucho que ver con los terremotos que hemos vivido en abundancia durante el último tiempo Haití, Chile, Turquía, Japón). El derretimiento de los hielos polares hace perder el balance a la rotación de la Tierra (produce un efecto de freno en la rotación al trasladar masa de los polos a los océanos), y esto obliga a un ajuste de las placas tectónicas que las lleva a buscar su reequilibrio. El desplazamiento de placas, en los últimos seísmos, ha sido hacia el eje de rotación de la Tierra, provocando un aumento de su velocidad. Como bien lo explica el geofísico Richard Gross, es como el neumático de un automóvil: “si el neumático no está perfectamente equilibrado, vibrará. Para que esto no ocurra el mecánico le agrega pesos a la llanta para reequilibrar la rueda alrededor de su eje”. Hay que reconocer, como especie humana, que en el último siglo y medio hemos alterado todos los equilibrios de nuestro planeta, y eso comienza a pasarnos la cuenta.
Esta es una captura con los datos del SPEEDI:
En El Blog Salmón | Crisis energética: ¿debemos fomentar la investigación pública?, La tragedia humana y el impacto económico del terremoto en Japón
Más información | En El País: “Los hechos demuestran que la energía nuclear es ingobernable”