El pasado viernes el Consejo de Ministros, junto con la tan comentada propuesta de retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años, se anunció un plan de austeridad público que prevee un recorte del gasto de 50.000 millones de euros en tres años.
Esta cantidad no tiene nada que ver con los recortes de gasto anunciados por el Gobierno en los últimos años y tiene su origen en el disparado déficit, que ha quedado en el 11,4% del PIB, una cifra muy abultada y por encima de las previsiones del Gobierno.
El plan todavía se tiene que concretar, pero se ha avanzado que afectará a todas las administraciones. Eso sí, el grueso se queda en el Gobierno de España, 40.000 millones de euros. Este plan, según ha dicho Elena Salgado, no afectará al gasto social (difícil de tocar, como no sea dejando de pagar el paro y las jubilaciones) ni a las inversiones en innovación (esto me parece más de cara a la galería que algo real) y afectará a casi todas las partidas. Además, Elena Salgado ha dicho que donde incidirá para que las Comunidades Autónomas recorten los 10.000 millones de euros que les tocan es en los gastos de personal.
¿Por qué presentar este plan ahora y no hace un mes cuando se estaban cerrando los Presupuestos Generales del Estado? ¿Qué ha pasado en este mes para que haya que lanzar un plan, sobre la mesa, tan agresivo de recorte de gasto? La justificación que se da es el déficit, pero hace un mes (y antes) se veía venir que las previsiones del Gobierno no se iban a cumplir. ¿Ha habido algún cambio que nos ocultan? ¿Se percibe un cambio en la percepción internacional de las posibilidades de recuperación de España que hacen que nuestra capacidad de financiación esté más limitada? ¿O es que se ha preferido aprovechar nuestro semestre europeo para anunciar una medida así, en lugar de hacerlo hace un mes en el Congreso? Sea como fuere, como ha dicho Arsenio Escolar, Zapatero ha decretado la muerte de Keynes.
Vía | El Economista
En Actibva | La noticia de la semana, el plan de austeridad
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