Llevamos ya más de siete meses del Gobierno de Rajoy y si algo podemos decir de su programa de reformas es que es muy poco ambicioso. No estamos ante cambios fundamentales sobre cómo funciona la economía en España, ni mucho menos, sólo vemos recortes de gasto público de forma indiscriminada y aumentos de impuestos sin una verdadera reforma fiscal.
¿Por qué las reformas del Gobierno son tan poco ambiciosas? Hay que recordar que el PP tiene mayoría absoluta y su partido es bastante uniforme, son raras las notas discordantes y podrían aprobar prácticamente lo que quisieran. Mi conclusión es que hay tres motivos para esta falta de ambición.
Hay muchos grupos de presión con mucha fuerza
El primer motivo que explica esta falta de ambición es que el Gobierno está rodeado (e incluso infectado desde dentro) por grupos de presión muy potentes. A las propuestas de contrato único en la reforma laboral se opone la patronal, formada por empresas que han sobrevivido y que están muy conformes con el sistema dual de nuestro país. También los sindicatos, que representan a los trabajadores indefinidos que no quieren oír hablar de que les cambien las condiciones. Al final se sacan de la manga un nuevo contrato y rebajan las exigencias del despido objetivo (que ya se introdujo en la tímida reforma laboral de 2010), para contentar a Europa y parte de la patronal.
Igual que hemos visto esto en la reforma laboral lo hemos podido ver en otros temas como la desregulación del sector del taxi, o la libertad de horarios comerciales (tenemos un nuevo Frankenstein con excepciones por aquí y por allá). En cuanto el Gobierno empieza a trabajar en una dirección surgen las presiones que hacen que la reforma quede en nada.
Falta de liderazgo
Esto nos lleva a otro punto. Si las presiones hacen efecto es porque hay una clara falta de liderazgo, una visión clara de lo que hay que hacer y el propósito de hacerlo cueste lo que cueste. Pero ya hemos visto que Rajoy no tenía en mente lo que iba a hacer al llegar al Gobierno y que de hecho debe haber fuertes tensiones en el seno de éste.
Cuando hay tensiones Rajoy decide entre uno u otro, o dependiendo del aire que sople de Europa. Y esa no es la forma de liderar un Gobierno en estos tiempos, que debe ser mucho más audaz. Tenemos una falta importante de líderes en los partidos y eso es grave. Si no estuviera Rajoy, ¿a quién tiene el PP para liderar un Gobierno solvente? ¿Y el PSOE?
Mejor no meter la pata
El último motivo por el que el Gobierno no hace las reformas necesarias es que tiene miedo a meter la pata. Imaginaos unas reformas realmente ambiciosas, que pongan patas arriba el sistema económico español. Si no funciona, la culpa será enteramente del Gobierno. No habrá excusas posibles de herencias, por ejemplo.
El problema que le veo aquí es que esto se viene abajo y las mini-reformas incrementales no valen para sacar a España del agujero. Tampoco valen para detener el desgaste del Gobierno, ojo. Si estás metido en el fango y decides salir poco a poco te hundes cada vez más, lo que hace falta es intentar salir con decisión y eso no lo entiende Rajoy.
Conclusiones
Sin tener control de la política monetaria, la única forma que tenemos de salir de la recesión y crear empleo, con los recortes de déficit que debemos acometer (no hay dinero para otra cosa) es hacer reformas. Reformas que logren que nuestra tasa de paro en momentos de recesión no se dispare al 25%, como en los últimos 30 años, sino al 10%, como en el resto de Europa. Con tasas de empleo similares a las de Europa nuestro problema presupuestario a corto plazo no sería tal, tendríamos muchísimo más margen de maniobra.
Otros países hoy exitosos tuvieron situaciones similares hace unos años, aunque menos graves. Holanda hizo reformas importantes a principios de los 80 y hoy su tasa de paro es del 5%. Alemania en la pasada década y hoy del 5,5%. Finlandia dependía excesivamente de la Unión Soviética y cuando se desmoronó tuvo tasas de paro muy altas y hoy tiene un 7,6%. Todos estos países hicieron reformas, arriesgadas, sin mirar a los grupos de interés, con liderazgo, no siempre fáciles (en Alemania el SPD se partió en dos). Y hoy están mucho mejor.
Necesitamos un programa ambicioso de reformas. En España tenemos algunas normativas de los años 70, preconstitucionales. Miremos a los países existosos. Hagamos reformas en dicho sentido. Es la única vía que tenemos.
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