PwC ha presentado sus previsiones económicas para España y al igual que la Comisión Europea, la OCDE o BBVA, tampoco es tan optimista como el Gobierno y espera una ralentización del crecimiento el próximo año debido a unas peores expectativas de consumo y a un deterioro de los mercados a los que exportan las empresas españolas.
En concreto, el consenso de expertos, directivos y empresarios encuestados por la consultora, estima que la economía española crecerá un 3 % este año y que en 2016 el avance económico se frenará hasta el 2,6 %, cuatro décimas menos de lo que estima el Gobierno, lo cual es bastante significativo.
Además, los panelistas de PwC advierten en sus previsiones de que el ritmo de creación de puestos de trabajo podría reducirse el próximo año. Concretamente, bajan del 76,6 % al 56 % los expertos que esperan un aumento del empleo en nuestro país en 2016. Con una tasa de paro totalmente desbordada, pese a sus últimas caídas, esta previsión sienta como un jarro de agua fría.
Parece más que evidente que el próximo Gobierno que salga de las urnas en diciembre tendrá que hacer frente a duros ajustes. Obviamente, con las elecciones detrás de la esquina este tema es, hoy por hoy, tabú. Esperen a enero y volverán a hablarnos de nubarrones que se acercan y que no permitirán cumplir con los presupuestos del año. Es la historia de siempre, sólo que cada vez más fea.